La mujer: el género más vulnerable en tiempos de pandemia

La mujer: el género más vulnerable en tiempos de pandemia

La mujer: el género más vulnerable en tiempos de pandemia

Históricamente, en situaciones de crisis sanitarias como la actual, son las mujeres las que llevan la mayor carga de responsabilidades, ya sea en la primera línea de respuesta o como profesionales de la salud.

Es en las féminas que recae la responsabilidad adicional sobre los hijos tras la suspensión de clases escolares, y también son ellas las que generalmente corren el mayor riesgo de infección y de pérdida de sus medios de vida, lo cual  las convierte en  género más vulnerable a la crisis del COVID-19.

Esa pandemia ha provocado duros efectos sociales y económicos que impactan en toda su crudeza los hogares del mundo y, para frenar la propagación del virus, que a la fecha ha infectado a más de 2 millones de personas y dejado centenares de muertos, se han suspendido las actividades económicas en gran parte del planeta, lo que genera una profunda conmoción en las poblaciones.

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), los brotes de la enfermedad afectan a las mujeres y a los hombres de manera distinta. Las pandemias empeoran las desigualdades de género ya existentes para las mujeres y las niñas, y pueden afectar la forma en que reciben tratamiento y cuidado.

Impacto laboral

Países de Latinoamérica y el Caribe, al igual que de Europa y Asia, están ahora semiparalizados por las medidas de aislamiento social, lo que se traduce a una escala global en la suspensión de miles de empleos y un incremento de las cifras de desempleo. En este contexto, son las mujeres las más afectadas y vulnerables en tiempos de crisis. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres engrosan el mayor porcentaje de trabajadores a tiempo parcial y del trabajo informal en todo el mundo (precario y de baja remuneración). Solo en América Latina y el Caribe 126 millones de mujeres trabajan de manera informal.

En todo el mundo, cerca del 70% del personal que trabaja en los sectores sanitarios y sociales son mujeres, y hacen el triple del trabajo de cuidados no remunerado en comparación con los hombres. Una pandemia amplifica las desigualdades existentes y, más aún, las agudiza para quienes las padecen porque serán estas personas o colectivos los más afectados.

Riesgo de violencia

La expansión del virus no sólo ha llevado a que las bolsas mundiales se desplomen y se reporten grandes pérdidas, sino también a que las desigualdades de género se acentúen y sean las mujeres quienes deban asumir sus consecuencias. Si no se incorpora el género al diagnóstico global sobre la crisis, las medidas de respuesta van a seguir aumentado las brechas existentes. Es necesario establecer políticas y estrategias que garanticen los derechos de las mujeres en momentos de riesgo.

El confinamiento en el hogar de forma  obligatoria por el COVID-19 crea las condiciones para que se incremente la vulnerabilidad de las víctimas de violencia de género, debido la convivencia extensiva en horas e intensivas en intercambio en toda la cotidiana del hogar a los que no siempre se pueden acoplar las parejas en completa armonía en la distribución de las tareas del hogar.

En efecto, el confinamiento convierte el hogar en el centro de la rutina diaria. Pero desafortunadamente, para muchas mujeres, el hogar no siempre es un lugar seguro y de descanso, sino de maltratos y trabajo. Una parte de las  féminas se verán obligadas a compartir  de manera prolongada durante el confinamiento el espacio del hogar con sus agresores

Según ONU-Mujeres, el 77% de delitos sexuales ocurre en las viviendas, algo que augura un aumento de este tipo de violencia mientras dure el confinamiento. En China, donde los habitantes de Wuhan, el epicentro de la pandemia, pasaron alrededor de dos meses en cuarentena, varias mujeres y activistas denunciaron más reportes de abuso y violencia física de lo normal.

En República Dominicana, el Ministerio Público ha reportado durante la cuarentena 1,437 denuncias de violencia de género, se han obtenido casi 164 medidas de coerción, 398 órdenes de protección y 392 órdenes de arresto.

La experiencia de crisis sanitaria pasadas muestran lo fundamental de incorporar un análisis de género para abordar las próximas emergencias, sean sanitarias, climáticas o de otra índole.

Ahora más que nunca urge lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas como lo establece el ODS 5 de la Agenda 2030. Resulta necesario ante una crisis como la que nos afecta hoy diseñar estrategias para adoptar medidas que eliminen las causas profundas de la discriminación que sigue restringiendo los derechos de las mujeres y, al mismo tiempo impulsar políticas públicas que garanticen la protección de toda la sociedad, incluyendo a los colectivos más vulnerables.

Por: Heliana Medina

 



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