Desconecta, relájate, duerme bien, haz ejercicio, come saludable… Y así la lista sigue larga, muy larga.
Seguramente estarán sorprendidos de que enfoque todo lo anterior como si fuera negativo, cuando la lista está conformada por cosas buenas para la salud de uno. Esa no es la idea. Apoyo todo lo que dice.
Mi conflicto radica en la presión que existe hoy en día para llevar una vida tan saludable y perfecta que parece que si no lo cumples estás en la zona peligrosa.
Un maravilloso doctor con el que estoy trabajando para lograr todo eso me dijo que la clave es hacerlo, aunque sientas que estás bien, saludable y tienes tiempo para prevenir las enfermedades que ya con cierta edad son más complicadas. Me parece un enfoque estupendo.
El tema es que cada persona tiene su ritmo, sus momentos, su forma de incorporar nuevos hábitos a su vida y sobre todo la fuerza de voluntad para hacerlo.
Creo que, si de repente, queremos incorporar todo al mismo tiempo, porque quedan cosas en el tintero, tomar suplementos, cuidar la piel, qué decir de la salud mental… Ahí es que no vamos a lograr nada más que salir corriendo o tirar la toalla antes de tiempo.
Hay quienes tienen la voluntad de hacer los cambios rápidos y certeros, pero creo que la mayoría de las personas necesitamos el proceso de ir paso a paso o, por lo menos, de enfrentar una o dos cosas al mismo tiempo para que se transformen en hábitos.
Ahora, una vez que los incorporas, que ves el efecto positivo y saludable que ejercen sobre ti, es cuando piensas: “¿Por qué no lo hice antes?”. Pero lo dicho, vayan cada uno a su ritmo, pero sí tengan su lista saludable.