La importancia de sentir asco

Hace unos días leí en BBCmundo.com un interesante artículo sobre el asco y lo beneficioso que este sentimiento ha sido para la salud e incluso para la supervivencia de la humanidad.
La repugnancia a ciertas cosas o conductas nos protegen de las infecciones, dice el artículo basado en una investigación realizada por un equipo encabezado por la doctora Valerie Curtis para la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Y señala que ante una araña, un gusano baboso, un mal olor, un estornudo o tos sin cubrirse la boca, la mucosidad o las heces, nuestra primera reacción es alejarnos de ese objeto desagradable y repugnante.
Y agrega que ese sentimiento de aversión ha ayudado a la humanidad a evolucionar para poder reconocer y evitar una serie de enfermedades infecciosas causadas por gente enferma, agua sucia, vómito, fluidos corporales y muchas otras cosas que nos hacen reaccionar con asco.
El asco nos hace eludir las cosas que consideramos repugnante y eso es esencial para prevenir la propagación de todas las grandes y recientes enfermedades infecciosas que amenazan al ser humano.
«Sin repugnancia, y las conductas higiénicas que ésta provoca, las enfermedades infecciosas causarían mucha más morbilidad y mortalidad tanto en nuestra especie como en todas las especies animales», dice el informe de la doctora Valerie Curtis.
Sin embargo, a menudo la gente ignora esta reacción natural de nuestro cuerpo que no es otra cosa que la primera línea de defensa ante lo que considera dañino y entonces paga las consecuencias, a veces con la propia vida.
Como periodista he adquirido la costumbre de querer buscarle la quinta pata al gato, y por eso creo que se puede extrapolar las conclusiones de esta investigación científica y aplicarla a lo social, y concretamente a lo que ocurre en la política dominicana.
¿Acaso no estarían los políticos dominicanos obligados a ser más éticos, más honrados si la mayoría de los dominicanos les mostráramos -con toda sinceridad- el asco que nos provocan?
Yo, y sé que hay millones de dominicanos que piensan igual, siento repugnancia cuando veo a ciertos políticos tratando de ser amables, tratando de hacerse los graciosos prometiendo hacer lo que nunca se ha hecho o diciendo que son papá, cuando todos sabemos que su gran objetivo es pegarse, volver a pegarse o seguir pegados como sanguijuelas de la teta del Estado.
Así es, la mayoría de los líderes políticos del país dan asco. Eso lo sabemos todos, desde sus mujeres, sus contrarios y los empresarios que los financian, hasta los mismos lambones que les acompañan.
El problema es que, como a los malos olores, mucha gente ha terminado acostumbrándose a ellos y es por eso que llevamos décadas dirigidos por personas poco idóneas. Así es como marcha nuestra sociedad.
Pero entiendo que ha llegado el momento de que el país estornude, haga una demostración de asco y rechace a un liderazgo podrido hasta la médula.
De lo contrario, el cáncer moral que carcome a la República Dominicana seguirá haciendo metástasis y los perjudicados seremos todos.
¡Viva el asco! ¡Y abajo los asquerosos!
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