El filósofo Epicuro de Samos refirió que “el que no considera lo que tiene, como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea el dueño del mundo”.
Cierto, debido a que la humildad siempre estará por encima de las riquezas; consiste en callar nuestras virtudes y dejar de las demás las descubran.
Un corazón agradecido ama lo que recibe, uno sabio, adora lo que da a los necesitados.