No tenemos un inventario terminado de la cantidad de obras denominadas con los nombres de Juan Bosch, José Francisco Peña Gómez y en menor medida de Joaquín Balaguer.
Las inauguraciones de puentes, avenidas, escuelas, parques y calles, en los últimos 20 años, han estado dominadas por uno de esos tres nombres.
Sin restar méritos a sus aportes históricos y su papel determinante en la consolidación de la democracia dominicana, esta práctica revela un desequilibrio evidente en cómo estamos narrando —y perpetuando— nuestra memoria colectiva.
La designación de infraestructuras públicas no es un simple gesto simbólico. Es una herramienta de construcción de identidad nacional y de reconocimiento de valores que deben inspirar a las futuras generaciones. Cuando esos honores se concentran en apenas tres figuras políticas, se envía el errado mensaje de que la historia dominicana reciente se resume en unos pocos protagonistas.
República Dominicana ha tenido cientos de hombres y mujeres, líderes sociales, educadores, médicos, artistas, mártires, científicos, empresarios visionarios y ciudadanos ejemplares que han dejado huellas profundas en la construcción de la dominicanidad.
Sin embargo, sus nombres quedan relegados, invisibles, eclipsados por la repetición sistemática de los mismos referentes políticos. No se trata de negar los méritos de Bosch, Peña Gómez y Balaguer, quienes —con luces y sombras— marcaron la vida nacional. Se trata de reivindicar la pluralidad de nuestra historia.
De recordar que la democracia no se edificó sólo desde las tribunas políticas, sino también desde las aulas, los hospitales, los talleres, los campos, las artes, las luchas sociales y las comunidades.
Pareciera que la memoria pública ha sido secuestrada por el favoritismo político o la narrativa partidista. Urge revisar los criterios para asignar nombres a obras públicas y establecer mecanismos más equilibrados que representen de forma justa la diversidad de aportes que han forjado la nación.
La grandeza de un país no se mide por repetir nombres, sino por honrar la amplitud de su
historia.