El Carrizal, de Elías Piña, es en la actualidad un foco de tensión en el que convergen intereses comerciales, de seguridad nacional y de política internacional, a juzgar por las informaciones que se generan desde hace varios días.
La detención de un haitiano al que las autoridades militares le atribuyen tráfico de armas y municiones está, según información procedente del Ministerio de Defensa, en la base del enfrentamiento que tiene de una parte a comerciantes dominicanos y haitianas y de otra a militares dominicanos.
El Carrizal es un puesto de Aduanas en la vecindad de Comendador, frontera con Haití.
Una asociación de comerciantes que se siente afectada por la irregularidad en el funcionamiento del puesto de control está pidiendo la intervención del Gobierno para que sea restablecido el orden y se garantice la estabilidad en el comercio binacional.
De acuerdo con un documento leído por el ministro de Defensa, Carlos Luciano Díaz Morfa, publicado por EL DÍA en su edición de este jueves, la fluidez del tráfico fronterizo en El Carrizal se ha visto frecuentemente interrumpida por ataques contra las instalaciones de Aduanas.
El alto funcionario atribuyó las interrupciones a “elementos desaprensivos” procedentes de Haití.
Según los comerciantes dominicanos, están al corriente de la existencia de un documento en el que sus iguales haitianos piden al Ministerio de Economía y Finanzas de Haití que intervenga y suspenda de manera temporal la importación de mercancías desde origen dominicano por vía terrestre.
Ellos temen que la situación les cause grandes pérdidas y los lleve a la quiebra, lo que hace ver razonable su pedido de intervención del gobierno.
Pero no se puede dejar de ver que la autoridad militar dominicana no puede transigir en un asunto que puede poner en juego la seguridad nacional. Por la frontera no debe pasar un arma ni una munición haitiana ni dominicana, no importa a quién afecte esta intransigencia.
