La excesiva confianza en los que se quedan

El más reciente caso de estafa y abuso de confianza contra dominicanos residentes en el extranjero, atrapados por personas inescrupulosas como si fuera la primera vez que ocurren hechos como estos, lleva a preguntarse si no serán necesarios esfuerzos de concientización impulsados por los gobiernos allí donde hay concentraciones importantes de nuestros connacionales.

Ahorrar durante años para al final caer como incautos en manos de supuestos constructores es desalentador y criminal.

¿O es que no se les da a estos casos la suficiente difusión como para que quienes se deciden a invertir en bienes raíces estén al corriente de los engaños contra otros?

En ocasiones un caso ocurre tan cerca del anterior que hace dudar acerca de la calidad y la cantidad de información que puedan estar recibiendo los dominicanos radicados en el exterior, no sólo a través de los medios tradicionales, sino de las redes sociales, por las que camina de todo.

Y no es sólo la estafa que afecta al dominicano en el exterior, es también el daño contra el sector formal de la construcción en el país, que sufre mella por la desconfianza generalizada y en ocasiones por la utilización de nombres por parte de estos vendedores de humo que pueden llevar a confusión entre los potenciales inversionistas.

En estos momentos un tribunal está apoderado de una demanda impulsada nada menos que por unas 600 personas, un número muy alto de víctimas de una sola supuesta empresa.
Parece que se impone en los que se han ido ser un poco menos confiados en algunos de los que se quedan.