Las investigaciones estadísticas, en especial las que se materializan a través de encuestas por muestreo, requieren establecer reglas claras y precisas acerca de las personas que se seleccionarán como informantes, los mecanismos para acceder a ellas en forma científica y las personas que recolectarán los datos.
En el caso de la entrevista presencial, que es el tema de esta entrega, para garantizar el éxito y objetividad en las respuestas hay que agotar un delicado proceso, como se muestra a continuación.
Lo primero en señalar es que la técnica de la entrevista presencial es una forma de interacción verbal, por lo general entre dos personas, que son: el entrevistador o entrevistadora y la persona entrevistada.
Aunque en principio la entrevista se conciba y planifique con un enfoque estrictamente unilateral entre una persona que pregunta y otra que responde, en la práctica se convierte en interactiva, ya que muchos entrevistados van más allá de su rol y formulan preguntas o hacen cualquier otro tipo de intervención durante la entrevista; en ocasiones se suman terceras personas que, sin formar parte de la entrevista, tienden a emir opiniones y a formular preguntas.
¿Cómo garantizar el éxito de una entrevista?
Como principio general, el éxito de una entrevista realizada con fines estadísticos está en la calidad y la cantidad de los datos que se recolecten.
Esto implica una correcta planificación de todas las fases, y la implementación de criterios apropiados de buenas prácticas en la materia, entre los que están: 1) elaborar un cuestionario lo más preciso y breve que sea posible, usar palabras simples, un orden lógico y evitar preguntas que puedan resultar conflictivas o sobre aspectos personales; 2) reclutar entrevistadores que tengan el perfil apropiado para la investigación, recordando que la apariencia física, la edad, sexo, habilidades comunicacionales y nivel educativo son aspectos fundamentales a evaluar entre los
candidatos a entrevistadores; 3) dar una correcta capacitación teórica y práctica a los entrevistadores en el manejo del cuestionario, la técnica de la entrevista, manejo de los dispositivos electrónicos y otros aspectos tecnológicos que se requieran; 4) identificar y uniformar apropiadamente a los entrevistadores; 5) instruir a los entrevistadores sobre el abordaje correcto de las personas a entrevistar, con la motivación y cortesía de lugar, así como en la presentación del estudio y la solicitud de la entrevista, este primer contacto tendrá gran peso para que la entrevista no sea rechazada; 6) los entrevistadores deben dar garantía a las personas entrevistadas de que se trata de un estudio estadístico, que los datos que suministren serán tratados con estricta confidencialidad, que no se usarán con otros propósitos ni serán mostrados a terceras personas; 7) los entrevistadores deben solicitar a cada persona entrevistada que, para mantener la confidencialidad de los datos y que la entrevista fluya con rapidez y profesionalidad, no permita la presencia de otra persona durante la entrevista, aunque sea familiar o de confianza, esta recomendación es de vital importancia cuando se trata de encuestas preelectorales o de opinión, ya que la presencia de terceras personas tiende a sesgar las respuestas de las personas entrevistadas; 8) instruir a los entrevistadores para que durante las entrevistas no emitan opiniones sobre ningún tema ni entren en contradicciones o discusiones con los entrevistados o terceras personas presentes, manteniendo una postura y actitud apropiada y profesional; 9) instruir a los entrevistadores que se limiten a leer las preguntas tal y como están plasmadas en el cuestionario, nunca interpretar las preguntas ni formularlas con palabras diferentes a las que contiene el cuestionario ni realizar aclaraciones o explicaciones innecesarias, ya que esa es una fuente importante de sesgo de pregunta que afecta la encuesta; 10) en las encuestas de opinión y en las preelectorales los encuestadores no deben ser notorios en los puntos geográficos seleccionados en la muestra, no es sano para la investigación que en el barrio se enteren que hay personas realizando encuestas; 11) al terminar la entrevista, el entrevistador o entrevistadora debe dar las gracias por la colaboración y participación, incluso, aún en los casos de rechazo de la entrevista se agradece y se despide con cortesía; y 12) los puntos anteriores, sumados a otros aspectos que no se abordan en esta entrega por asunto de espacio, hay que organizarlos y elaborar un manual del entrevistador y otro de supervisor, que sirvan de guía general de la encuesta.
Para terminar
Finalmente, es preciso señalar que las entrevistas presenciales con fines estadísticos, en especial las que se realizan en períodos preelectorales para medir la intención de voto de la población electoral, si no se manejan con sentido ético y criterios apropiados de buenas prácticas, pueden conducir a sesgos importantes, rechazos y errores ajenos al muestreo que le restan calidad a los datos y, por consiguiente, invalidan las estimaciones estadísticas resultantes.
*Por Dionicio Hernández Leonardo