La renuncia de monseñor Víctor Masalles, obispo de Baní, hasta septiembre pasado, ha quedado cubierta por un velo de misterio hasta para sus pares católicos, si atendemos a la respuesta dada a los periodistas por cuatro altos mandos del clero dominicano que el miércoles pasado estuvieron en el Almuerzo de los Medios del Grupo Corripio.

El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor Héctor Rafael Rodríguez Rodríguez, se remitió con candidez a la cuenta de Masalles en Twitter y afirmó que el renunciante había explicado en ese portal cuanto sabía de sus motivos.

Remedio infalible
Y claro que puede tener razón el presidente de la Conferencia de los obispos, pero cuesta pensar que un obispo con 62 años, a ocho de la edad de retiro, le sea acogida por el Vaticano una solicitud de este tipo en un tiempo de “sequía” en la Iglesia, no sólo de vocaciones, sino de prelados experimentados.