El ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, anunció que a principios del año próximo convocará a los distintos sectores nacionales a una consulta para identificar acciones en procura de la excelencia en la educación.
Cada quien, desde su rol, está obligado a empujar por una mejora sustancial en la calidad de la educación.
El anuncio lo ha hecho el ministro de un gobierno cuyo Presidente no busca reelegirse, lo que permite que autoridades, líderes políticos, educadores organizaciones sociales, sindicatos, universidades, sacerdotes, entidades empresariales y medios de comunicación se unan en ese noble y necesario propósito.
Los candidatos bien pudieran aprovechar la campaña para hacer sus propuestas sobre la educación, pero no meter la campaña en esa convocatoria que ha hecho el ministro.
En esta oportunidad, a la convocatoria que haga el Ministerio no habrá que llevar sombrillas amarillas, pero tampoco se deberá cargar con prejuicios, rencores ni prepotencia.
En esta oportunidad no hay tantas llagas como cuando se armó el primer Plan Decenal de Educación, ni como cuando se firmó el Pacto Educativo, pero como quiera hay que poner el dedo sobre las que aun persisten.
Este periódico le toma la palabra al ministro y desde ya se siente convocado, y exhortamos que así mismo sientan todos los interesados en que se produzca una mejora sustancial de nuestro sistema educativo.