La palabra robot fue introducida en la literatura en 1920, en la obra de teatro R.U.R. (Rossums Universal Robots), de Karel Capek, nacido en lo que hoy es la República Checa.
Por la parte etimológica, viene de la palabra checa robota, que viene a significar labor forzada, servicio, esclavo el drama de la obra es que el señor Rossum, que es el personaje principal, tiene una idea utilizar robots en todos los trabajos que hacía el hombre. Esta idea se la transmite a su hijo y luego él hace los planos y comienzan los robots a cambiar al mundo.
Hoy esta novela que parecía una ficción es una realidad. Los robots existen. Este invento le ha dado un salto a la humanidad y es beneficioso. Hay robots que hablan, trabajan y corren. Esto está diseñado para imitar todas las acciones humanas. Un ejemplo es que una pareja de científicos que no podía tener hijo diseñó un hijo robot, ellos lo programaron para que se comportara como un niño.
Pero el problema es que este robot niño nunca va a crecer, siempre será un niño robot.
Lo que nunca va a tener un robot es conciencia. El hombre fue creado con una conciencia. La biblia nos muestra por ejemplo en el Nuevo Testamento, cuando nos habla de conciencia, suneidesis, esta se deriva de dos palabras; primeramente la preposición sun, que significa con, junto con y el verbo oída, que quiere decir conocer. Así que literalmente el término quiere decir conozco junto con, conocimiento. Es un conocimiento con uno mismo, esta liga junto a ti y entonces puede conocerte y decir quién soy.
Ese co-conocimiento está dispuesto a gobernar nuestras vidas, y es la facultad por medio de la cual llegamos a conocer a Dios, amar a otro, tener un justo juicio moral de tu conducta.