La Carta de Haití

El presidente Luis Abinader no luce optimista en relación con la crisis haitiana, particularmente porque en aquel país falta, según sus palabras, la cohesión social que permita la confrontación colectiva de los desafíos que les ha deparado su destino.
Entiende, además, que con el sistema de gobierno que tienen, que obliga al presidente a designar un primer ministro y esperar la confirmación del Congreso, se abre un espacio de presiones y negociaciones por espacios de poder que en muchos casos impiden la buena marcha de una política de soluciones nacionales.
Una vía al parecer indispensable para superar esta dificultad para cualquier gobernante pasa por la reforma de la Constitución, de acuerdo con el presidente Abinader, que manifestó sus consideraciones en entrevista con el Grupo de Comunicaciones Corripio.
Donde la porcina tuerce el rabo
Para que sea posible una reforma de la Constitución en Haití deben de suceder muchas otras cosas, como la elección de un Congreso con senadores y diputados que encaren este cambio, o la elección de constituyentes para el caso, tareas que son poco menos que imposibles con el control de territorio que tienen las bandas armadas. Entre las ideas atribuidas a Jovenel Moïse estaba esta reforma.