La brutalidad de policía en EE. UU. trae por los pelos racismo atribuido a los dominicanos

La brutalidad de policía en EE. UU. trae por los pelos racismo atribuido a los dominicanos

La brutalidad de policía en EE. UU. trae por los pelos racismo atribuido a los dominicanos

Amara la Negra

SANTO DOMINGO.-Las protestas por la muerte del estadounidense George Floyd, bajo la presión en su cuello de la rodilla de un policía, ha sacado a la luz la opinión de dos artistas populares radicadas en Estados Unidos sobre el pueblo dominicano.

Una habló de la discriminación en el país y la otra de su deseo de una fusión de los dos pueblos que han establecido nacionalidades en la isla de Santo Domingo.

Amara la Negra, nacida en Samaná y establecida en La Florida, ha dicho que lucha contra la discriminación en cualquier parte del mundo, incluida República Dominicana, donde según las palabras que le atribuye la prensa, existe racismo. No lo hay.

Cardi B, hija de un dominicano, nació en el Bronx.

Cardi B nació, creció y ha vivido en Nueva York, hija de un dominicano; ha dicho que los pueblos dominicano y haitiano deben unirse, también según la prensa. Por las particularidades de su historia personal, esta artista desconoce muchos aspectos de la vida de ambos pueblos que acaso la hubieran llevado a ser comedida al expresar su punto de vista.

Fundir dos nacionalidades diferentes, como la dominicana y la haitiana, por una decisión política no es tarea sencilla. ¿Quién lideraría la tal fusión? ¿Sobre la base de cuáles intereses? ¿En qué consistiría la unión y qué se haría con las diferencias culturales? Haití carece de una élite capaz de liderar a su pueblo y de llevarlo paso a paso por la ruta de la superación de las precariedades espirituales, morales y materiales en medio de las que desenvuelve su vida.

República Dominicana tiene élites económica y política que se han entendido para la administración y el control social de una población que también vive en medio de precariedades espirituales y morales marcadas, pero con una clase media profesional y burocrática que le imprime dinamismo y cierto sentido de estabilidad material.

Hay una relación histórica que dificulta el entendimiento más elemental, como lo es uno que parece razonable: el diálogo permanente sobre la sostenibilidad de los recursos, la salubridad en poblaciones sujetas a intercambio permanente, la regulación del comercio y el orden público.

Estados Unidos, sacudido por la muerte George Floyd.

En el siglo XIX facciones políticas se daban apoyo de uno y otro lado, pero sobre la base de una línea estratégica haitiana contra la presencia imperial en la isla. Sin embargo, los gobiernos de Ignacio María González y de Nissage Saget llegaron a un acuerdo de cooperación irrepetible que recoge la estrategia de Haití contra la enajenación del territorio.

Dos precedentes
La historia muestra, para cualquiera que esté dispuesto a esforzarse un poco, que los dos pueblos estuvieron fundidos durante 22 años fruto de una salida política del caudillo Jean Pierre Boyer, pero también relata un desencuentro que demuestra que la fusión cultural no fue alcanzada.

La historia enseña, asimismo, el camino lleno de vicisitudes que les ha tocado a cada uno hasta el primer quinto del siglo XXI, caminos que los han llevado, no a la fusión política y social, sino a una marcada separación.

Plantear seriamente una confederación en la isla, o una fusión, es irrazonable en la condición actual de los dos Estados.

En ello el pueblo de los indicadores sociales y económicos más débiles arrastraría al otro por el barranco y habría acaso que esperar cien años para, con la ayuda de la Providencia, alcanzar una posición aceptable, si no se pierde la soberanía de ambos en el camino.

La administración de Boyer, que se extendió desde 1822 hasta su exilio en 1843 bajo la presión de una insurrección, fue continuada por Charles Riviere Herald hasta 1844, cuando fue iniciada la independencia dominicana.

Casi un siglo después, en realidad 94 años, el gobierno de los Estados Unidos de América tenía la administración de los dos Estados. En uno, Haití, la ocupación empezó el 28 de julio de 1915, y en el otro, República Dominicana, fue formalizada el 29 de noviembre de 1916.

Esta ocupación simultánea y la suplantación de la administración local por sendas administraciones militares puede dar luz a quienes creen posible la conversión en uno solo de dos pueblos con Estados establecidos, uno desde 1804 y el otro desde 1844. Bajo las condiciones económicas, sociales y culturales actuales es impracticable inclusive la cooperación regular.

Estudios sociales
El gobierno de los Estados Unidos de América pudo haberlo intentado, particularmente porque tuvo la administración directa de uno durante ocho años y de otro durante 19 años del siglo XX.

En el siglo anterior se había quedado con Puerto Rico como consecuencia de la guerra hispano-estadounidense de 1898 y dos de sus administraciones habían hecho grandes esfuerzos políticos por anexarse la parte dominicana de Santo Domingo, ¿qué le impidió concretar ese propósito en medio de la Primera Guerra Mundial cuando suprimió la soberanía de los dos Estados? Tal vez la posesión de Puerto Rico y la base de Guantánamo, o había perdido el interés territorial demostrado en el siglo anterior, o los estudios de las condiciones sociales en ambos países, así como las experiencias con Cuba, Puerto Rico y Filipinas convencieron a sus gobernantes de que eran preferibles procedimientos indirectos para el control.

En República Dominicana ha sido bastante difundida una cronología histórica de Benjamín Sumner Welles, La Viña de Naboth, y de Haití el estudio social del etnólogo James G. Leyburd, El Pueblo Haitiano, con un profundo matiz sociológico. Su lectura siempre es provechosa.

Nombre de la isla
Un periodista preguntó, mientras trabajaba en la edición del periódico EL DÍA: ¿Cuál es el nombre apropiado de la isla, La Española o Santo Domingo? Recibió la siguiente respuesta: Los dos son correctos, uno preferible.

Durante la Ocupación de 8 años, la administración estadounidense también estuvo interesada en este detalle: ¿Cuál de los dos nombres es el apropiado?
La Española, como la nombró Colón en 1492 es ajeno a los dos pueblos.

El segundo, Santo Domingo, fue impuesto en el segundo período de esplendor e importancia de la isla, tras la apropiación de una parte del territorio en el extremo oeste por Francia.

La independencia de Haití en 1804 y el inicio de la independencia dominicana, en 1844, procesos diferentes dejaron a dos pueblos como herederos de la historia de su particular formación y dueños de territorios diferenciados, uno al que desde el principio lo denominaban Saint Domingue, y otro en el que desde el siglo XVIII sus habitantes se denominaban dominicanos y que tenía, y tiene, su centro administrativo en la capital Santo Domingo.
En ninguno de estos dos pueblos hay razas; hay prejuicio, no racismo.

— Una pregunta:
¿Hay o no racismo en República Dominicana? Si no hay razas,, no hay racismo. En Santo Domingo el mestizaje ha sido muy extendido. Hay prejuicios y discriminación derivados de la pobreza.



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