LOS ÁNGELES.-El juicio que enfrenta a la familia de Michael Jackson contra la promotora de su última gira de conciertos, AEG Live, llega a su fin tras cinco meses, y se espera que el jurado se retire para deliberar esta semana.
La madre del fallecido cantante, Katherine, demandó a la productora AEG Live por supuesta negligencia al contratar al doctor Conrad Murray, encarcelado por el homicidio involuntario del artista, y por fallar al supervisarlo de forma adecuada en los meses que precedieron su muerte, en junio de 2009.
Katherine, de 83 años, ha seguido con atención el proceso desde la primera fila de la sala del juzgado de Los Ángeles, donde comenzó el juicio en abril.
La madre de Jackson busca una compensación de miles de millones de dólares por daños -unos 1.500 por ingresos no percibidos y una cantidad no especificada por pérdida emocional y otros perjuicios- en nombre de los hijos de Jackson, Prince, de 16 años, Paris, de 15 y «Blanket», de 11.
Si bien es difícil predecir el veredicto del jurado, los observadores apuntan a que sus argumentos parecen difíciles de demostrar. A comienzos de este mes la jueza desestimó sus alegaciones contra dos de los ejecutivos de AEG Live, lo que deja únicamente a la compañía en la línea de fuego.
El autoproclamado Rey del Pop murió con 50 años el 25 de junio de 2009 en su mansión de alquiler en Holmby Hills, en las afueras de Los Ángeles, de una sobredosis del anestésico propofol.
Murray cumple una condena a cuatro años de cárcel por homicidio involuntario dictada en 2011 por haber suministrado el fármaco al autor de «Thriller» -que sufría de insomnio crónico- para ayudarle a dormir.
La legenda del pop ensayaba para su esperada serie de conciertos «This is It» en Londres, que estaba previsto que fueran seguidos por una gira mundial del espectáculo.
Katherine Jackson alega que AEG Live contrató a un doctor incompetente para su hijo -Murray es un cardiólogo- y no se dio cuenta de una serie de alertas rojas sobre su salud en el período previo a su muerte.
AEG Live replica que no firmó un contrato con Murray y que el costo prometido de 150.000 dólares al mes de sus servicios provendría de un adelanto que hacía a Jackson, lo que significa que efectivamente la estrella contrató a su propio médico.
Durante el juicio -que se ha extendido mucho más de lo previsto- los abogados de Jackson convocaron a decenas de testigos para respaldar su afirmación de que sufrió mucha presión cuando se preparaba para realizar 50 espectáculos en el recinto O2 Arena de Londres.
Entre los testimonios destacados, está el propio testimonio de Katherine Jackson en julio, cuando rompió a llorar recordando el día en que su hijo murió y atacó a los críticos que describían a la estrella como un «bicho raro». «Cuando perdí a Michael, lo perdí todo», dijo, secándose las lágrimas de los ojos.
El hijo mayor de Jackson, Prince, testificó que su padre se veía sobrepasado por la presión que AEG Live puso en él. «A veces lloraba. Dijo: ‘Me van a matar, me van a matar'», declaró Prince al jurado.
Pero quizá el momento más dramático tuvo lugar fuera de la sala: la hija de la estrella, Paris, que tenía previsto testificar, fue llevada de urgencia al hospital tras intentar suicidarse a comienzos de junio.
Un portavoz del juicio afirmó esta semana que el proceso estaba «entrando en sus últimas semanas» mientras que el diario LA Times afirma que se espera que el jurado se retire a considerar su veredicto en la próxima semana.
El espectáculo «This is It» habría marcado una sonada vuelta de la estrella del pop tras el juicio por acoso a menores a Jackson en 2005, que supuso su retiro de la luz pública y lo llevó a vivir en Medio Oriente durante un tiempo.
Las informaciones de prensa hablaban de grandes deudas que podría haber pagado con una gira exitosa.
Pero su muerte acabó con esas esperanzas y abrió el camino a una serie de juicios todavía en marcha sobre su legado personal y financiero.