Jueces y fiscales de carrera

Jueces y fiscales de carrera

Jueces y fiscales de carrera

Carlos Salcedo.

En el más reciente ranking mundial en fortaleza del estado de derecho y de mayor independencia judicial, los primeros diez lugares los ocupan los países nórdicos, América del Norte y Europa Occidental.

República Dominicana sigue en el camino de atacar males estructurales del sistema que afectan nuestro orden institucional y nos mantiene en el lejano puesto 85 de 113 países ( Rule Of Law Index 2016).

La independencia judicial en Latinoamérica sigue siendo dependiente del Poder Ejecutivo y de organismos políticos, en muchos casos.

Esa subordinación es más acentuada en Venezuela, que ocupa el último puesto, por la alta incidencia del gobierno en los procesos judiciales (Foro económico Mundial 2014).

Lo contrario ocurre en Brasil, Costa Rica y Chile que tienen sistemas de justicia transparentes y con independencia poco cuestionada.

La autonomía judicial depende de la capacitación y sistema de elección de jueces y fiscales, relación del Ministerio Público y de los órganos jurisdiccionales con el gobierno central, sector privado, poderes políticos y fácticos y la efectiva fiscalización ciudadana de su desempeño.

Por su autosatisfacción proclamada el sistema judicial ignora el sufrimiento de los usuarios a consecuencia de procesos lentos y tediosos, que permeado por la intromisión prostituye su calidad y eficiencia.

La intrusión en la Justicia continúa por sus fueros, más en casos de corrupción harto conocidos, lo que atenta contra la diadema de la corona real que es la justicia (William Rehnquist).

Jueces y fiscales de carrera probados por sus capacidades, experiencia y cabal cumplimiento ético, hasta el más alto nivel, sin reserva alguna, pueden ser la garantía de independencia. Es hora de una urgente revisión.



Etiquetas