
Llamar por teléfono hoy puede sentirse casi como una interrupción no solicitada. Aunque hablar sigue siendo sencillo y económico gracias a planes móviles con minutos ilimitados y tecnologías modernas como VoLTE, VoWiFi o llamadas por IP (WhatsApp), la voz ha perdido terreno como canal espontáneo, especialmente entre los jóvenes.
Según la GSMA, en países como México, Colombia, Costa Rica y Guatemala, el tiempo promedio dedicado a llamadas tradicionales ha caído entre un 25 % y 35 % en los últimos cinco años (GSMA Mobile Economy Latin America 2025).
En paralelo, el tráfico de mensajería instantánea en plataformas como WhatsApp, Telegram o Messenger ha crecido un 80 % o más, impulsado por el incremento en el consumo de datos móviles que pasó de 2 GB/mes en 2019 a 9 GB/mes en 2024 (GSMA Intelligence).
En República Dominicana, el ecosistema móvil es sólido: a inicios de 2024 había 10.27 millones de conexiones móviles, lo que representa el 90.2 % de la población (DataReportal / GSMA Intelligence).
“La voz sigue siendo el canal más natural de comunicación humana, pero su simbolismo se ha debilitado”, comenta Alejandro Suaza, presales engineer en JSC Ingenium. Este fenómeno no solo es técnico, sino también cultural. Globalmente, solo el 16 % de los miléniales y de la generación Z considera atender una llamada telefónica un buen uso del tiempo.