Santo Domingo.-Su discurso fue en el Salón de la Asamblea Nacional, donde son juramentados los presidentes de la República.

Su testimonio fue conmovedor e inspirador.
“Buenos días a todos los legisladores. Mi nombre es Juan Eduardo Báez Castillo, tengo 23 años de edad, tengo autismo”, fueron sus primeras palabras.

Juan Eduardo acudió el 31 de octubre pasado a las vistas públicas que convocó la Comisión Bicameral que estudia el proyecto de Ley para Regular la Atención de Personas con Autismo, que preside el senador Bautista Rojas Gómez.

Llegó unos 40 minutos antes, con una mochila, pasos seguros y saludando amablemente. Muy cerca de él, su madre Marisol Castillo, una campeona que lo ha ayudado a derribar muros en la sociedad.

De pie, frente a los legisladores, incluidos los senadores Franklin Rodríguez y Dionis Sánchez, autores del proyecto de ley, dijo que estaba allí para representar la voz de esas familias con autismo que no pueden ser escuchadas.
Entonces comenzó a contar las dificultades en su proceso desde su niñez.

A partir de los tres años de edad con muchas limitaciones, su madre recibió su primer diagnóstico de autismo.
Su madre tocó las puertas de más de diez colegios para acceder a su educación.

No le abrieron, incluso, le decían “no bregamos” con personas con autismo. Por desconocimiento pudiese ser, entiende él ahora.
Lograron ingresar al colegio Decroly Oriental e inició su aprendizaje. A partir de los seis años, con muchas dificultades por falta de cupo, fue ingresado a Rehabilitación.

Una puerta
Su admisión a la Fundación Manos Unidas por Autismo significó un gran avance por las terapias y tratamientos que recibió. Odile Villavizar, la presidenta de esa entidad, y madre también de dos jóvenes con autismo, lo observaba, llorosa.

Tras cursar el primero y segundo grados, fue aceptado por el Colegio Cristiano Nuevo Liceo hasta completar el bachillerato con calificación meritoria.

Estudia y trabaja
Actualmente estudia Ciencias Geográficas Mención Recursos Naturales y Ecotur en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y tras realizar varias pasantías en el BHD, SENASA, Grupo Ramos y Banco de Reservas, labora como auxiliar del área administrativa de la Consultoría Jurídica de la Dirección General de Aduanas.

Ayuda con la digitación de documentos, asiste con llamadas telefónicas de contribuyentes y copias de expedientes.

“A mí me dijeron que no iba a ser una persona normal, ni siquiera iba a estar aquí hoy en día; quién se imaginaba eso. Sin embargo, mi mamá se esforzó bastante”, destacó ante las miradas del auditorio conmovido.

Y agregó; “Terminé mi escolaridad y estoy aquí cursando la universidad. Sin embargo, durante mi experiencia, algunos de los grandes problemas que tenemos es que los maestros están poco capacitados para poder resolver diversas situaciones con las personas con autismo”.

Necesidades
Su padre es Juan Eduardo Báez Hernández, quien en un segundo matrimonio con Luz María ha procreado tres hijos, sus hermanos Chantal, Luis y Robert.

“Mi hijo es hermoso, es perseverante, tenaz, enfocado, con metas definidas, es un joven de gran corazón», expresó la madre con voz entrecortada.

Su exposición sirvió para exponer la necesidad de apoyo que tienen las familias con autismo para los tratamientos y las terapias, que son bastante costosas.

También planteó la necesidad de un programa de apoyo educativo para niñez, adolescencia, juventud y adultos con autismo.

Y también, por último, no menos importante, que las personas con Autismo tengan apoyo universitario, un programa de seguimiento para que así puedan desarrollarse de la manera más eficiente posible y puedan aprender más.

“Muchísimas gracias. Gracias por tomarnos en cuenta en este proyecto”, concluyó el joven.
Vistas públicas
Participaron también en las vistas públicas los diputados Betty Gerónimo, Vicepresidenta de la Comisión; Ana del Carmen Abreu, Ana María Peña, Gerardo Casanova, Julio César López, Lucrecia Santana, Miguel Bogaert, Servia Familia, Ysabel de la Cruz y Yudelka de la Rosa.

Padres, incluido el autor y su esposa Iranna Flavia Luciano, padres de Fernando Gabriel, de 13 años, y directivos de fundaciones narraron el drama que se vive con las personas con autismo por la falta de apoyo del Estado, y lo costoso del tratamiento.

Hoy Juan Eduardo es invitado a impartir charlas de concienciación sobre autismo a colegios e instituciones como Edesur.

*Por Fernando Quiroz