Jaquear la corrupción

Jaquear la corrupción

Jaquear la corrupción

Según una leyenda del pasado dominicano, el presidente Lilís recibió en su casa al ex presidente y general José María Cabral, del que había sido subordinado en la Guerra de los Seis Años.

En la conversación le refirió al anciano que en dos ocasiones había estado a punto de fusilarlo, a lo que este habría respondido: “Por amigo de lo ajeno”.

La respuesta de Lilís, según el relato, habría sido: Sí mi general, pero de ese lisio me curé.
Viene a cuenta la anécdota, apócrifa o real, porque ayer el presidente Luis Abinader aprovechó una reunión con el Representante de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos, Robert W. Thomas, para advertir que su gobierno no tolera la corrupción ni echa una sábana sobre la que pueda haber ocurrido en la administración pasada. Advirtió que tampoco será tolerada en lo porvenir.

Se entiende que el presidente hizo la afirmación porque en la víspera había sido puesto en conocimiento de la opinión pública un informe del Departamento de Estado que recoge quejas de inversionistas estadounidenses contra la corrupción en el país, que entre las formas que asume está la del soborno.

A fuer de memoriosos, y a tono con la referencia al episodio entre los generales de montonera Ulises Heureaux —Lilís— y Cabral, es oportuno señalar que no es la primera vez que de un país emisor de inversiones se producen quejas como la que en esta ocasión ha sido puesta en conocimiento de la opinión pública.

En noviembre del año 2011 el entonces embajador británico Steven Fisher se quejó directamente ante la prensa de sobornos e inseguridad jurídica provenientes de funcionarios dominicanos en perjuicio de inversionistas ingleses.

¿Será posible curar a la administración pública de este lisio? A Lilís nadie le creía que se había curado, incluido el general Cabral.

El presidente Abinader da garantías de que en su gobierno no pasará la corrupción. Confiemos en que tenga a su alcance las herramientas, antiguas o modernas, para jaquear definitivamente este mal y resguardar a los buenos dominicanos de los periódicos bochornos que ocasiona.



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