La Corte Suprema en Jerusalén rechazó un pedido de un grupo de activistas para que se les declarara como ciudadanos de nacionalidad israelí y no como judíos o árabes en el registro de población.

El ministerio del Interior de Israel no reconoce la existencia de una nacionalidad israelí.
Los 21 peticionarios, la mayoría de los cuales están registrados como judíos, argumentan que esto no es democrático y que expone a las minorías a la discriminación.

Pero la corte dictaminó que no tiene autoridad para determinar el origen étnico o la categoría de estado.
Los jueces afirman que no hay pruebas de la existencia de un pueblo exclusivamente israelí.