Inteligencia emocional

Inteligencia emocional

Inteligencia emocional

Ana Blanco

Recuerdo la primera vez que supe sobre el concepto de inteligencia emocional. Que algo uniera inteligencia y emociones me pareció interesante.

Ahí descubrí que se resumía en ser capaz de entender quién eres, qué quieres y cómo lograrlo sin dejar tu salud mental en el camino.

Muchos años después de que algo así se definiera sigo viendo lo difícil que es lograrlo en la sociedad en la que nos desenvolvemos.

Gente inteligente, mucha, gente con emociones a flor de piel, más… Pero personas que seamos capaces de desarrollar una inteligencia emocional efectiva, ya somos menos.

Creo que es un enfoque de cada día, no es algo que llega para quedarse, sino que hay que trabajarlo desde la consciencia y ser capaz de identificar aquellos factores que lo desestabilizan para lograr realmente el equilibrio.

Crecemos con unos parámetros de lo que debemos ser y sentir, si nos salimos de ese camino te encuentras con rechazo, críticas y cuando uno es joven eso te hace aún más vulnerable y regresas a eso que se espera de ti por tu propia salud mental.

Cuando vas madurando logras liberarte de ciertas ataduras y te das cuenta de que si no eres fiel a quién eres acabas siendo realmente infeliz.

Pero aún acarreas ciertos hábitos ya instalados que son difíciles de dejar atrás, recaes en actitudes que no te aportan y en muchas ocasiones tienes que volver a empezar.

Ya he llegado al punto de entenderlo y asumirlo, de permitirme y perdonarme, me conformo con acercarme cada día un poco más a esa inteligencia emocional que me permita quererme, tratarme bien y sobre todo interactuar de manera positiva con aquellas personas que me rodean.

Quien diga que es algo fácil, le aplaudo, quien esté en esta lucha conmigo: seguimos hacia delante con una sonrisa, siempre.