Hace años vengo elogiando al Grupo Popular por su extraordinario modelo de gobernanza corporativa ejemplar y admirable democratización de su composición accionaria.
Ayer sumaron un nuevo motivo para resaltar su excelencia, al anunciar que, tras tres décadas de excepcionalmente fructífero liderazgo, su principal funcionario Manuel Alejandro Grullón continuará dedicado a los grandes temas estratégicos de la alta dirección, como presidente del Consejo de Administración de Grupo Popular, pero promoviendo a tres excelentes directivos a posiciones de mayor responsabilidad corporativa y ejecutiva.
Marino Espinal presidirá el Consejo de Administración del Banco Popular. Manuel Jiménez será presidente ejecutivo del Grupo Popular. Christopher Paniagua fue promovido a presidente ejecutivo del banco.
Los cuatro suman más de 145 años de experiencia dentro del grupo, un aval de seriedad y experiencia que pocas empresas poseen en su equipo directivo.
La historia del Popular, grupo y banco, está íntimamente correlacionada, desde su fundación, a principios de los 60, al crecimiento, avatares y transformaciones de nuestro país. Las lecciones que encierra son un tesoro nacional de incesantes excelencias.
