Santo Domingo, RD-. En el centro educativo Burende, de La Vega, los estudiantes ya no solo aprenden en el aula. Cada mañana, antes de iniciar las clases, revisan el crecimiento de las hortalizas que ellos mismos sembraron semanas atrás.
Entre ellos está Esmeralda Lora, quien, junto a sus compañeros, se encarga de limpiar el área, sembrar, regar las plántulas y cuidar cada detalle del proceso hasta ver los frutos de su trabajo.
“Hemos sembrado lechugas, tomates, rábanos y ajíes, entre otros productos. Cuando ya los vegetales están listos, los llevamos al comedor; allí los lavamos bien y los servimos junto con la comida de todos los estudiantes”, narró la joven alumna.
Se trata de la iniciativa de huertos escolares pedagógicos que desarrollan el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con el propósito de fomentar la educación ambiental, la alimentación saludable y el aprendizaje práctico.
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Más de 50 escuelas de San Juan, Azua, Santiago, La Vega y Monte Plata participan actualmente en este programa, que convierte los espacios verdes en aulas vivas de conocimiento.
El INABIE, con el acompañamiento técnico de la FAO, tiene proyectado continuar sembrando huertos en centros educativos de todo el país, apoyado en la extensión de un acuerdo firmado recientemente por esas instituciones, que incluye ampliar esa iniciativa.

“Los huertos escolares no solo producen alimentos, sino también conocimiento, conciencia ambiental y sentido de comunidad. Es un esfuerzo que fortalece la educación integral y promueve hábitos saludables desde la escuela”, destacó el director ejecutivo del INABIE, Adolfo Pérez.
Aprendizaje que germina
Los huertos escolares integran las asignaturas de Ciencias Naturales, Educación Ambiental, Alimentación Saludable, Matemáticas e inglés, involucrando a docentes, estudiantes y familias en el proceso de siembra, cuidado y cosecha.
Además de las actividades en campo, los estudiantes y maestros reciben capacitaciones teórico-prácticas impartidas por técnicos del INABIE y la FAO, centradas en temas como agricultura sostenible, compostaje, manejo de plagas, uso racional del agua y educación nutricional. Los docentes también aprenden metodologías para integrar los huertos al currículo escolar y aprovecharlos como herramienta pedagógica.
Acompañamiento técnico constante
El desarrollo de los huertos cuenta con el apoyo permanente de técnicos del Ministerio de Agricultura, quienes realizan visitas regulares a los centros educativos para ofrecer asistencia técnica, acompañamiento y orientación sobre manejo y control de plagas, siembra, abonado y mantenimiento de cultivos.
Además, suplen las semillas y plántulas, así como materiales agrícolas, lo que garantiza que los huertos se mantengan productivos durante todo el año escolar.
“Dentro de los objetivos del proyecto es impulsar los huertos escolares no solo como una herramienta pedagógica, sino como una estrategia de educación alimentaria y nutricional para el fortalecimiento del programa de alimentación escolar”, destacó Wilmer Terrero, especialista de monitoreo y control de proyectos del área de seguridad alimentaria de la FAO.
Próximas siembras
El INABIE y la FAO tienen previsto ampliar el programa de huertos escolares, además de desarrollar una guía metodológica nacional sobre huertos sostenibles y materiales educativos digitales que faciliten su réplica en todo el territorio nacional.
Este esfuerzo conjunto reafirma el compromiso de estos organismos con una educación más integral, sostenible y conectada con la naturaleza, que promueva en los estudiantes hábitos saludables y una relación más responsable con el medio ambiente.