MIAMI.- Irene ha perdido algo de su fuerza y es ahora un huracán de categoría uno, pero aún es probable que el meteoro se fortalezca de nuevo.
El Centro Nacional de Huracanes dijo el martes por la tarde que Irene tenía vientos máximos sostenidos de 145 kilómetros por hora al aproximarse a las Islas Turcas y Caicos.
Los nuevos pronósticos calculan que la tormenta se moverá más hacia el este de lo previsto anteriormente, pero los modelos aún muestran que Irene podría tocar tierra en Carolina del Norte el fin de semana.
El centro de Irene se ubica a 80 kilómetros (50 millas) al sur-suroeste de la isla Gran Turca. Se mueve al oeste-noroeste a 15 kilómetros por hora.
El meteoro dejó una estela de destrucción en el Caribe y sus bandas nubosas se acercaban a la costa norte oriental de Cuba. Ante la cercanía del huracán Irene, el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil cubana declaró la fase informativa en las provincias orientales de Guantánamo, Las Tunas y Holguín.
José Rubiera, director del Instituto de Meteorología, informó el martes en la televisión cubana que en esa zona se esperan lluvias "fuertes e intensas" que podrían provocar inundaciones, desde el miércoles hasta la noche del jueves.
Además alertó sobre marejadas peligrosas para la navegación y penetraciones del mar en la costa nororiental de la isla.
En República Dominicana, más de 1.000 personas fueron evacuadas debido a las inundaciones provocadas por el huracán a su paso por la costa norte del país.
"Todo se llenó de agua, eso era pura agua por todos lados", manifestó María Altagracia Fernández, quien con sus cinco hijos de entre 7 y 13 años pasó la noche del lunes junto a un centenar de personas en un refugio del poblado pesquero de Boba, 225 kilómetros al noreste de Santo Domingo.
El último huracán que tocó tierra en Estados Unidos fue Ike, que barrió Texas en 2008.
"Es vital que los residentes en los estados que puedan ser afectados esta semana se tomen con seriedad esta tormenta", dijo el administrador de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de Estados Unidos, Craig Fugate.
En Turcas y Caicos, un territorio británico, la gente compraba contrachapado y clavos, mientras otras personas preparaban contraventanas y equipos de emergencia en sus casas.
"Te puedo decir que no quiero que venga esta tormenta. Parece que pudiera ser grave, entonces definitivamente saqué mis barcos del agua", dijo Dedrick Handfield en la ferretería donde trabaja en Caicos Norte.
El gobierno exhortó a la gente que vive cerca de la costa a buscar terreno elevado y trasladó los enfermos y los ancianos a albergues y hospitales.
"Empezamos a ver la colocación de contraventanas para huracanes. La gente no se está arriesgando", dijo Horatio Tuitt, gerente de una agencia de manejo de desastres, en entrevista telefónica.