Gonzalo y Luis poseen mucho mejor preparación y experiencia que Leonel cuando Balaguer lo hizo presidente en 1996. Tras veinte años de PLD, votaría por Abinader si creyera que gobernará eficazmente durante la gravísima crisis económica, apenas iniciada por la pandemia.
¿Estimulará el crecimiento y cuidará la estabilidad? ¿Acabará la corrupción e impunidad? ¿Mejorará la educación? “Wishful thinking”, dicen los americanos. Es imposible olvidar que su PRM, con otro nombre, gobernó tres veces.
Nunca aumentaron el empleo o la producción ni hubo estabilidad. Los jóvenes no recuerdan sus tres presidentes. Uno penosamente se suicidó. Otro terminó condenado y preso. El tercero padeció la quiebra de bancos.
Casi colapsa el país. Esos gobiernos fueron los únicos, desde 1966, con crecimiento negativo, de grave empobrecimiento. El Penco, a quien prefiero, aunque nunca he conversado con él, quizás tampoco es un candidato ideal.
Sus destrezas lucen mejores para lo que viene. El cambio podría ser una horrorosa reversa. ¿Elegiremos a quien creamos menos malo? Gane quien gane, que Dios nos ilumine y guíe. ¡Amén!
