TEGUCIGALPA.-Tras declarar ilegal la huelga de tres semanas de miles de maestros en Honduras, el presidente Porfirio Lobo anunció el domingo que despedirá a los huelguistas y disolverá sus organizaciones.
Indicó que el Poder Ejecutivo «queda en libertad a despedir a los docentes y a disolver definitivamente las organizaciones gremiales que hayan promovido o apoyado la huelga por desnaturalizar sus propias finalidades y existencia legal».
En un comunicado difundido por radio y televisión, el mandatario sostuvo que «la suspensión injustificada de trabajo decretada por los docentes ha provocado graves perjuicios a la niñez, los padres y la sociedad… y desembocado hasta en actos vandálicos repudiables en un Estado de derecho».
Sin embargo, invitó a los maestros a presentarse a sus labores el lunes, luego de advertirles que si no lo hacen «inevitablemente» procederá contra ellos. Según el comunicado, los maestros que no asistan a clases el lunes serán suspendidos dos meses sin goce de sueldo y los que no lo hagan el miércoles por seis.
Y si los docentes no concurren a trabajar el 4 de abril serán suspendidos por un año. La decisión gubernamental fue rechazada de inmediato por la dirigencia docente que desde el 9 de marzo realiza protestas diarias en las calles por el supuesto retraso por seis meses en el pago de los sueldos de 6.000 maestros y contra una ley que discute el Congreso, que entre otras cosas establece la vigilancia de los padres de familia sobre el cumplimiento de las labores de los docentes.
Los maestros también exigen la repatriación sin condiciones del derrocado presidente Manuel Zelaya (2006-2009), que vive en República Dominicana. Jaime Rodríguez, presidente del Colegio de Profesores de Educación Media, aseguró a la AP que «estamos en las calles y allí estaremos… y, con las medidas de Lobo, en las calles demostramos nuestra fuerza».
El secretario de la socialcristiana Central General de Trabajadores, Daniel Durón, sostuvo que «lamentamos la decisión del gubernamental porque crea una mayor confrontación y aleja el diálogo para resolver la crisis… y estamos incondicionalmente con los maestros».
La situación se agravará el lunes cuando se sumen a la huelga docente más de 14.000 empleados del sistema hospitalario.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) –que responde a Zelaya– convocó a un «paro cívico» para el miércoles en todo el país. Juan Barahona, líder del FNRP, dijo a Radio Globo que «la lucha es contra los golpistas y el gobierno del dictador Lobo… y no claudicaremos hasta dar al traste con este régimen golpista».
Los maestros son los pilares del FNRP, integrado también por obreros y campesinos de tendencia izquierdista. En la víspera, Lobo acusó a sus opositores de intentar desestabilizar su gobierno e impedir el probable retorno de Honduras a la Organización de los Estados Americanos (OEA), que suspendió al país luego del golpe de Estado de junio de 2009 que depuso a Zelaya.
«Todo esto es parte de la estrategia ideológica orientada a provocar dificultades, sobre todo ahora que se plantea la posibilidad de regresar a la OEA en la próxima asamblea general en junio», subrayó.
Dijo que «entonces, según los opositores, hay que provocar problemas y denunciar que en Honduras se violan los derechos humanos para que nos corten la ayuda (internacional).
Lo que no entienden los que dicen defender al pueblo es que a quien castigan es al pueblo». «Hagan su partido, ganen la voluntad del pueblo y vayan a la justa electoral (elección general de 2014)», dijo el mandatario. El FNRP resolvió en febrero no participar en los comicios.
El FNRP y Zelaya consideran que el gobierno de Lobo no tiene legitimidad por haber surgido en elecciones realizadas bajo un régimen de facto.
Las manifestaciones de los docentes han dejado una maestra muerta por atropello, otras 40 afectadas por gases y casi un centenar de arrestadas, según la policía.