Historia de una foto

Por: Elías Barrera Corporán

Esta foto circuló profusamente en las redes y medios nacionales y extranjeros, durante los días de la coronación del nuevo Rey de Inglaterra, Carlos III, que asumió el trono en fecha 06/05/2033, a cuyo evento fueron invitados las figuras políticas más sobresalientes del planeta.

Nuestro presidente y su esposa acudieron allí y en algún momento un fotógrafo accionó de manera natural, sin poses, logrando la imagen que cautivó la atención colectiva, inspirando a más de un mortal a expandir sus sueños, haciendo comparaciones y sugerencias que en algún caso encontraron ecos para hacerla realidad.

Fue el caso de una llamada que se hizo desde New York a Londres, para mostrar admiración por aquella imagen, y, según me contó el protagonista de la llamada, lo hizo con el siguiente razonamiento:

“Viendo esta foto, noto que a usted y a su esposa le asientan muy bien la estirpe de realeza, por ello fuera bueno que ponderaran la idea que ha inspirado a los organizadores del Desfile de Manhattan para que usted venga a encabezarlo con el título de Gran Mariscal”.

Según me comentó el inagotable congresista, Adriano Espaillat, gestor de la llamada.

Parece que la idea no fue descartada ni aceptada de inmediato, sino que se requirió socializarla para ponderar los pros y los contras que esto entrañaba. La tarea fue asumida en colectivo y ya lo demás es una historia vivida en esta gran ciudad.

Según un reporte de una de las más calificadas agencias de comunicación norte americana, al difundir los eventos del desfile en las avenidas las Américas de Manhattan, lo definió como el más concurrido y alegre de las 41 versiones que han cubierto, y que por primera vez un presidente había encabezado y que ellos estimaban que la asistencia había superado a un millón doscientas mil personas, lo que significaba que había duplicado al más concurrido hasta la fecha.

Según un informe de una destacada agencia de comunicación estadounidense, el Gran Desfile Dominicano en la Avenida Las Américas, de Manhattan, ha sido calificado como el más concurrido y alegre en las 41 ediciones que se han llevado a cabo durante más de 4 décadas. Es relevante destacar que por primera vez un presidente encabezó este evento. La agencia estima que la asistencia superó el millón doscientas mil personas, marcando así un hito al duplicar la cifra del desfile más concurrido hasta entonces.

La comunidad dominicana mostró una expresión de regocijo ese día y todo luce que ese brillo coronó el ánimo del presidente Abinader por si faltaba alguna razón que completara el torrente de motivos para definir su anunciada determinación de procurar un nuevo mandato para conducir los destinos nacionales.

Quien acudirá a las elecciones del 2024 no es el aspirante del 2020 que entonces era un soñador bien enfocado, académico y atinado emprendedor privado, sin historia conocida como servidor público.

Aquella vez se confió en su palabra, en el aura de su padre y en la limpia imagen que irradiaba su bella familia. Ahora con todos esos supuestos confirmados, quién acudirá como candidato es un reconocido servidor público, serio, sin horarios, competente, visionario, sensible, persecutor implacable del delito y con una enorme vitalidad física, moral e intelectual probada.

Nos tomó tiempo, pero valió la pena la espera para darle al país el guía que al fin trazó la senda del bienestar colectivo para darle el rumbo que siempre ha merecido este glorioso pueblo dominicano.

Si una agencia tan universalmente determinante como lo es el FMI nos adelanta que de seguir el paso de fortaleza que ha mostrado la economía dominicana durante los años 2021 y 2022, la proyección que ellos hacen es que la República ascenderá en el 2028 al tercer lugar entre las economías más sólidas de América Latina solo superada por Panamá y Uruguay y proyecta que el IPC local será de USD $34,798.

No quisiera yo que ningún dominicano se perdiera la oportunidad de acompañar en esta historia estos próximos 5 años acompañando al más que probado protagonista, Luis Abinader.