SANTO DOMINGO.-Hoy, el contexto generado por la pandemia ha puesto en pausa actividades esenciales en el mundo entero; sin embargo, algo que no se puede poner en pausa es la salud de los pacientes, porque las enfermedades no se detienen.
Así lo afirma el neumólogo Tomás Pulido, jefe del departamento de cardio neumología del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez en Ciudad de México.
El especialista destacó que esto cobra especial relevancia en la hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad en la que la expectativa de vida de una persona sin tratamiento puede ser de 2.8 años.
Gracias a los avances científicos y a la innovación en tratamientos, hoy con un diagnóstico a tiempo y el acceso oportuno a los tratamientos y sin pausa, los pacientes pueden controlar la enfermedad y mejorar su calidad de vida.
El galeno refiere que en todas las enfermedades es importante la continuidad de los tratamientos, pero por la naturaleza de la hipertensión arterial pulmonar, sus síntomas discapacitantes y su carácter progresivo y mortal, un diagnóstico precoz y el acceso a los tratamientos sin pausa pueden hacer una gran diferencia en la calidad de vida de los pacientes y en la disminución de la mortalidad.
“La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es un tipo de hipertensión pulmonar del grupo 1; una enfermedad grave, progresiva y discapacitante, que se caracteriza por el aumento de la presión en las arterias pulmonares, y que vuelve difícil la actividad que para los seres humanos siempre ha sido natural: respirar”, dijo.
Debido a que los síntomas son similares a los de otras afecciones pulmonares, este problema es difícil de diagnosticar.
Sobre el diagnóstico
— Educación
Janssen, Compañías Farmacéuticas de Johnson & Johnson, tiene un compromiso con la salud de los pacientes. Por ello, el año pasado convocó a periodistas de América Latina para enfatizar sobre diagnóstico precoz.