Haití, una advertencia a destiempo
El secretario general de la ONU, en su informe al Consejo de Seguridad, lanza una advertencia de algo que hace tiempo es una realidad: el colapso del Estado haitiano.
El tema será abordado este lunes por el Consejo de Seguridad en una sesión a la que ha sido invitada República Dominicana, en su condición de país vecino de Haití y uno de los actores más activo en la comunidad internacional con relación a la histórica crisis que ha llegado a niveles críticos desde el asesinato no resuelto del presidente Jovenel Moïses.
La llegada a Haití de un contingente de policías internacionales liderados por Kenia no ha impedido que las pandillas sigan expandiendo su control territorial y que la violencia se expanda incluso a zonas que antes se creían seguras, especialmente en Puerto Príncipe.
El colapso del Estado haitiano tiene repercusiones profundas y peligrosas para República Dominicana, por lo que el Gobierno dominicano se ha visto obligado a tomar medidas extremas.
La comunidad internacional hasta ahora ha actuado con una irresponsabilidad mayúscula frente a la crisis haitiana, lo cual es descrito con lenguaje diplomático por el secretario general de la ONU.
Los recursos para apoyar la pacificación de Haití no han fluido y el agravamiento de su crisis parece pasar inadvertida para las potencias, algunas de ellas responsables directas del problema haitiano.
El Estado haitiano no solamente corre peligro de colapsar, sino que ya colapsó. Sus instituciones no funcionan y sus gobernantes no gobiernan.
Las pandillas son las dueñas del territorio y controlan toda la actividad en ese país.
En un reconocimiento indirecto de la posición dominicana, Estados Unidos también contempla declarar como grupo terroristas a las principales pandillas haitianas.
El problema haitiano ya no es cuestión de foros, seminarios o reuniones. Requiere de actuaciones urgentes por parte de la comunidad internacional porque hace mucho que ese Estado está colapsado.
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