Roma.- Palestina, Mali, Sudán, Sudán del Sur y Haití requieren “la atención más urgente” para paliar la inseguridad alimentaria aguda, que puede deteriorarse “aún más” en un total de 18 “focos de hambre” en los próximos meses en el mundo, advirtió este miércoles la ONU.
La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) señalan en un informe que analiza las perspectivas de junio a octubre próximo que “Mali, Palestina, Sudán y Sudán del Sur siguen al más alto nivel de preocupación”, además de Haití por “la escalada de violencia por parte de grupos armados no estatales».
Sobre Palestina, la FAO sostiene que el conflicto con Israel “agravará aún más el número sin precedentes de muertos (más de 36.000 hasta la fecha), la destrucción generalizada y el desplazamiento de casi toda la población” de la Franja de Gaza.
Además, el empeoramiento de la situación puede extender los niveles de inseguridad alimentaria a otros puntos de la región, como Líbano y Siria, territorios que ya sufren altas cotas de hambre, según el informe ‘Focos de hambre.
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Alertas tempranas de inseguridad alimentaria aguda’ . En Haití, preocupa la escalada de la violencia por parte de los grupos armados, la probabilidad de lluvias y huracanes y la prolongada crisis económica que “pueden deteriorar aún más los ya críticos niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición, con el riesgo de que vuelvan a surgir condiciones catastróficas».
Chad, República Democrática del Congo, Myanmar, Siria y Yemen también son países “de gran preocupación” en cuanto al hambre y son “puntos que tienen un elevado número de personas que se enfrentan (…) a niveles críticos de inseguridad alimentaria».
La situación en estos Estados es “cada vez peor y se espera que se exacerben aún más las condiciones que amenazan la vida en los próximos meses”, aseguró la FAO.
Otros países sobre los que los organismos de la ONU advierten que se seguirá extendiendo el hambre son la República Centroafricana, Líbano, Mozambique, Myanmar (Birmania), Nigeria, Sierra Leona, Zambia, Burkina Faso, Etiopía, Malaui, Somalia y Zimbaue.
La violencia armada, que puede desembocar en desplazamientos generalizados, así como la destrucción de los sistemas agroalimentarios y la reducción del acceso a ayuda humanitaria figuran entre los principales motivos de los deterioros “más significativos y probables del hambre aguda” en los próximos cinco meses.
Además, las tensiones geopolíticas, de las que la FAO teme “nuevas escaladas”, son “un riesgo importante para la economía mundial en 2024” y pueden provocar “el aumento de los costos de la energía, transporte, la depreciación de la moneda y las dificultades para financiar las importaciones de alimentos».
También los fenómenos meteorológicos extremos, como El Niño, que prevé que “prevalezca entre agosto de 2024 y febrero de 2025, influyendo significativamente en la distribución de las precipitaciones y las temperaturas».
Aunque este fenómeno puede “mejorar las perspectivas agrícolas”, a su vez aumenta el riesgo de inundaciones en partes de Sudán del Sur, Sudán, Somalia, Etiopía, Haití, Chad, Malí y Nigeria.
El informe de la FAO y el PMA contiene recomendaciones específicas sobre las prioridades de la respuesta de emergencia, así como “medidas de anticipación para atender las necesidades humanitarias existentes y garantizar intervenciones de protección a corto plazo antes de que se materialicen las nuevas necesidades».
“Para hacer frente a la hambruna y prevenirla, se necesitan más inversiones en soluciones integradas que abarquen varias esferas que tradicionalmente no corresponden a un mandato institucional”, sentenció la FAO.