Haití en emergencia

La crisis en Haití, país vecino donde bandas criminales tienen el control de la mayor parte de su territorio, hace mucho se ha constituido en la principal amenaza para la seguridad nacional.
El famélico Consejo Presidencial de Transición, cuya influencia real es casi inexistente, acaba de declarar tres meses de “estado de emergencia”, acción aprovechada por su nuevo presidente para pedir más ayuda a la comunidad internacional.
Su clamor coincide con lo que desde hace años vienen pidiendo los gobiernos dominicanos sin que hasta la fecha se note una determinación seria de un organismo como las Naciones Unidas, o las potencias mundiales.
Los países que en algún momento se denominaron “amigos de Haitì”, se han hecho de la vista gorda, quizás con hartazgo o impotencia, pero no se pueden cansar.
El Estado haitiano hace mucho que está colapsado y la tímida intervención de una misión, conformada principalmente por policías de Kenia, luce estancada.
Las bandas en las últimas semanas se han mostrado tan desafiantes que hasta han anunciado su intención de derrocar al Consejo Presidencial de Transición.
Si las potencias, con Estados Unidos a la cabeza, no toman esa situación en serio, las consecuencias para la región serán más desastrosas de lo que hasta ahora.
República Dominicana no puede cansarse de llamar la atención a la Comunidad Internacional, porque de continuar el avance de las bandas y el deterioro institucional de Haití, las consecuencias de este lado de la isla también serán lamentables.