Hagamos nuestra parte

Hagamos nuestra parte

Hagamos nuestra parte

Patrcia Arache

Desde hace días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de República Dominicana (MSP) formulan llamados de atención sobre la incidencia de una nueva variante del coronavirus.

Advierten que esa variante es cinco veces más agresiva que las ya amargamente vividas y que, incluso, tiene una tasa de mortalidad más alta, con el agravante de que tarda menos tiempo en alcanzar una gravedad extrema, sin que haya síntomas evidentes.

Antes del inicio del presente año 2024, las autoridades competentes hablaban sobre el surgimiento de una nueva variante de esta enfermedad, cuyas devastadoras consecuencias no solo impactaron en el plano sanitario, sino también, en las economías, en el comportamiento humano, en la educación y en el conjunto de elementos que conforman la vida, en sentido general.

Hasta el 31 de diciembre de 2021, la OMS estimó que la pandemia de COVID-19 causó 14,9 millones de muertes en todo el mundo, de las cuales hubo 6,2 millones notificados oficialmente por sus 194 países miembros.

Después de dos años, en los que el mundo se mantuvo prácticamente de rodillas o en proceso de involución, las realidades post pandémicas tampoco han sido halagüeñas, por lo cual, algunos gobiernos, y el del presidente Luis Abinader, en República Dominicana, no fue la excepción, han debido enfrentar con valentía, responsabilidad y un gran peso los tiempos y sus circunstancias.

Por ello, y por todo, es importante que cada uno pongamos de nuestra parte, siguiendo sin menosprecio las recomendaciones que formulan los especialistas, cuyas opiniones quedan validadas día a día en las emergencias de clínicas y hospitales que hoy por hoy se ven repletas de personas con afecciones vinculadas al sistema respiratorio y a síntomas pocos comunes.

De acuerdo a las informaciones emitidas por las autoridades sanitarias, los síntomas del virus en su nueva variante no incluyen tos ni fiebre, pero sí, dolores en las articulaciones, en la cabeza, en la parte superior de la espalda y en el cuello; así como neumonía y, regularmente, falta de apetito.

Por este inusual comportamiento, es que lo definen como algo muy contagioso y altamente virulento.

Conozco de personas que ya han sido diagnosticadas por esta variante y a las que, por suerte, se les ha tratado a tiempo.

En un comunicado oficial, el Ministerio de Salud Pública, que dirige el afable doctor Víctor Atallah, indica que varios pacientes diagnosticados con Covid fueron clasificados como sin fiebre y sin dolor.

“Esto significa que el virus puede propagarse en la comunidad e infectar directamente los pulmones, provocando una neumonía vírica, que a su vez provoca una dificultad respiratoria aguda”.

La recomendación es clara, precisa y concisa: precaución, evitar los lugares concurridos, mantener una distancia de 1,5 m incluso en espacios abiertos, llevar una máscara de doble capa, usar una mascarilla adecuada, lavarse las manos con frecuencia, aunque no haya tos ni estornudos,

A partir de ahora, lo haré, porque se aconseja a todo el mundo que se ponga una mascarilla, debido a que la nueva variante del coronavirus es diferente y no es fácil de detectar correctamente.

Me quedo con la visión del presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD) Waldo Ariel Suero, respecto al COVID: “Tenemos que reconocer que hay un ligero incremento de casos de covid-19, pero eso no quiere decir que tenemos que aterrorizar a la población porque no es necesario”.

Hagamos lo que tengamos que hacer. Evitemos lamentaciones y comencemos a aportar nuestro grano de arena en la superación de los obstáculos. A propósito, comparto esta cita: “Muchas personas piensan en cambiar el mundo, pero pocas personas piensan en cambiarse a sí mismas”. Vamos ¡Seamos, la diferencia!

 



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