Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105
La noche del sábado en el bosque, todos nosotros asustados por los ruidos que retumbaban en nuestros oídos, los perros ladrando, piedras cayendo de la loma, el frío había penetrado en lo profundo de nuestra piel, la casa de campaña apuntó de colapsar. Era una noche lluviosa y oscura, el ambiente estaba sombrío, no podíamos hacer una fogata, todos estábamos mojados. Sin embargo , esa noche aparece el guardabosque con una lámpara para guiarnos a un lugar más seguro y confortable. La vida algunas veces se nos muestra como esa noche en el bosque.
La lámpara que alumbra al mundo. La palabra de Dios nos dirige al caminar, cómo sería un mundo sin la palabra de Dios, lugar inhóspito para vivir. No tendríamos una dirección exacta de la existencia, en la escritura encontramos todo el consejo de Dios, ella tiene la mente de él.
Tenemos que entender que no hay nada más tonto que tratar de navegar por este mundo de tinieblas sin la Palabra de Dios, sin la Luz del mundo que brilla para nosotros, mostrándonos el camino. Jesús es el Camino (Juan 14:6) y Él es la Luz del mundo. (Juan 9:5).
Jesús mismo nos dijo que: la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas, pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios. (Juan 3:19-21). Deja que la lámpara de Dios guíe tus pasos al
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