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Golpe de Estado luego de muerto Trujillo fracasó por mala suerte, errores logísticos y falta de coordinación

El Día Por El Día
Golpe de Estado luego de muerto Trujillo fracasó por mala suerte, errores logísticos y falta de coordinación
El Chevrolet en el que iba el generalísimo Trujillo camino de San Cristóbal cuando lo mataron.

Santo Domingo.- La operación planeada por un grupo de civiles y militares dominicanos, con apoyo encubierto del consulado estadounidense, para asumir el poder tras la eliminación de Rafael Leónidas Trujillo, colapsó casi de inmediato, a pesar de que el atentado contra el dictador fue ejecutado con éxito.

Documentos recientemente desclasificados por Estados Unidos detallan los momentos previos y posteriores al atentado del 30 de mayo de 1961.

Estos incluyen entrevistas con funcionarios de inteligencia, archivos privados, confesiones obtenidas bajo tortura y reportes de investigación interna del FBI y de los servicios de seguridad dominicanos.

El informe señala que la clave para poner en marcha la ejecución del atentado fue el mensaje del teniente Amado García Guerrero, oficial de la guardia presidencial en el Palacio Nacional, quien informó a los conspiradores que esa noche Trujillo saldría rumbo a su finca de descanso, conocida como “La Fundación”, en San Cristóbal. Eran las 7:00 de la noche del 30 de mayo de 1961. El momento que esperaban había llegado.

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Aunque el grupo no estaba del todo preparado y no todos los implicados estaban en posición, Antonio de la Maza, uno de los líderes del Grupo de Acción, no estaba dispuesto a esperar más. Amenazó con ejecutar el atentado él solo si los demás no lo acompañaban. Finalmente, todos acordaron proceder esa misma noche.

Cada uno portaba su arma personal. De la Maza, además, llevaba una escopeta recortada y dos rifles semiautomáticos M1. La emboscada, planeada durante semanas, se activó.

Trujillo viajaba sin escolta, acompañado únicamente de su chofer. Cuando su Chevrolet Bel Air fue interceptado en la autopista de cuatro carriles que conectaba Ciudad Trujillo (hoy Santo Domingo) con San Cristóbal, los atacantes abrieron fuego. Trujillo fue abatido y su cuerpo trasladado en el baúl del vehículo de De la Maza hasta la casa del general Juan Tomás Díaz.

Un éxito táctico… y un fracaso estratégico

Aunque el asesinato fue ejecutado según lo planeado, el golpe de Estado que debía seguir —y que implicaba la toma del poder político y militar del país por parte del Grupo Político— nunca ocurrió.

El informe revela que el plan colapsó en cuestión de horas. El cuerpo de Trujillo, oculto en la cajuela del automóvil, fue descubierto por la policía en la residencia del general Díaz. A pesar de haber perdido a su líder, el régimen reaccionó con rapidez.

El Grupo de Acción quedó aislado, y el Grupo Político no logró movilizarse. Solo Antonio Imbert Barrera y Luis Amiama Tió lograron esconderse durante meses y sobrevivieron. El resto fue capturado, asesinado o ejecutado sumariamente.

El azar y los errores fatales

Uno de los hechos más trágicos que precipitó el desmantelamiento del complot fue la grave herida sufrida por Pedro Livio Cedeño durante el atentado, posiblemente a causa de fuego amigo.

Tras la ejecución, los conspiradores se refugiaron en casa del general Juan Tomás Díaz. La urgencia por atender a Cedeño los obligó a llamar al doctor Roberto Reid Cabral.

Según el informe desclasificado, el médico diagnosticó que era necesaria una cirugía inmediata. Lo trasladaron al hospital, pero, durante su delirio, Cedeño murmuró los nombres “De la Maza” y “Juan Tomás”. Eso bastó para que las autoridades iniciaran una ola de arrestos.

Rafael Leónidas Trujillo gobernó en dictadura por 31 años.
Rafael Leónidas Trujillo gobernó en dictadura por 31 años.

Los hermanos de Antonio de la Maza fueron detenidos rápidamente. Aunque no participaron directamente en el asesinato, conocían a todos los implicados. La policía y el temido SIM (Servicio de Inteligencia Militar) iniciaron una persecución implacable.

Antonio de la Maza, el general Juan Tomás Díaz y el teniente García Guerrero murieron al resistirse al arresto. Otros fueron capturados y, bajo tortura, revelaron los nombres de quienes formaban parte o estaban vinculados al Grupo Político.

El informe también menciona que Lorenzo “Wimpy” Berry, un comerciante estadounidense radicado en Ciudad Trujillo, actuó como canal de comunicación entre los conspiradores y el consulado de Estados Unidos. Aunque su rol fue clave en la logística del atentado, el régimen nunca logró desentrañar por completo su participación ni la magnitud total de la red debido a la compartimentación extrema del plan.

La preparación: meticulosa en el diseño, deficiente en la ejecución

De acuerdo con el informe, el general Juan Tomás Díaz era la cabeza del operativo general, pero Antonio de la Maza fue quien se encargó de toda la labor de campo. Modificó tres automóviles en un taller local, reforzando los motores para alcanzar velocidades superiores a los 120 kilómetros por hora.

Durante varias noches, los miembros del Grupo de Acción realizaron ensayos en la autopista elegida como escenario del atentado. Incluso estuvieron listos para ejecutar el plan el 23 de mayo, pero ese día Trujillo decidió no viajar a San Cristóbal porque se sentía indispuesto. La oportunidad real llegó el 30 de mayo.

El atentado fue casi impecable. Sin embargo, según el informe de la CIA, el golpe fracasó debido a varios factores:

  • Mala suerte, como la herida de Cedeño y su delación involuntaria.
  • Falta de preparación del Grupo Político, que no logró movilizarse para tomar el poder.
  • Exceso de compartimentación, que, si bien ayudó a mantener el secreto previo al atentado, impidió una coordinación efectiva después de su ejecución.

El general Román y el fracaso del golpe

Uno de los elementos más críticos en el colapso del plan fue la falta de reacción inmediata del general José René Román Fernández, Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, quien era clave para tomar el control del gobierno tras la muerte de Trujillo.

El informe señala que Román no había sido notificado con precisión de que el asesinato ocurriría el 30 de mayo. Tras el atentado, el general Juan Tomás Díaz intentó llamarlo para activar el golpe, pero no logró comunicarse. Entonces tomó el vehículo con el cuerpo de Trujillo aún en la cajuela y se dirigió a la casa de Román. Sin embargo, al ver muchos soldados cerca, desistió y regresó a su casa, donde dejó el auto en su garaje. La policía encontró el cadáver horas más tarde.

El informe también indica que el general Arturo Espaillat, exjefe del SIM y rival de Trujillo, pasaba casualmente por el lugar del atentado. Viajaba en auto con su esposa cuando vio pasar el vehículo de Trujillo, lo reconoció y, poco después, escuchó disparos.

Intuyó lo ocurrido y se dirigió rápidamente a un destacamento militar, donde dio la voz de alarma. Luego, fue a casa de Román para advertirle.

Ambos regresaron al lugar de los disparos justo cuando llegaba la policía. El chofer de Trujillo, aún con vida, fue encontrado e interrogado en el hospital. Todo esto impidió que Díaz pudiera contactar a Román a tiempo.

Para cuando Román comprendió que Trujillo estaba muerto, ya era demasiado tarde. Ramfis Trujillo (hijo del dictador) y Johnny Abbes García (jefe de inteligencia) ya habían tomado el control.

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