Por :Milossis Liriano

En nuestro país el deterioro medioambiental es producto factores que van desde el ámbito institucional como ciudadano, y ocasionan debates en la opinión pública sobre la importancia de respuestas urgentes a los desafíos climáticos que enfrentamos.

Como en otras partes del mundo la problemática vinculada a los recursos naturales en el país afecta de manera desigual a hombres y mujeres. En relación con las mujeres, concentra aspectos complejos de género, justicia social y sostenibilidad, por lo que, requiere un conocimiento amplio de la situación para un mejor abordaje.

Estudios y análisis aseguran que, en los países en vía de desarrollo, como el nuestro, las consecuencias producto del daño al medioambiente afecta a gran escala más a las féminas pobres porque llevan la mayor carga ante episodios de desastres vinculados a la naturaleza y la responsabilidad familiar. Las féminas sufren la mayor carencia en ausencia del agua para cocinar, hacer oficios rutinarios, recolectar la comida y leña. Aunque sucede de formas diferenciadas en urbes y campos.

Si hablamos en materia de salud de las mujeres, la exposición a contaminantes y productos químicos tóxicos presentes en el medio ambiente puede tener efectos negativos en la salud reproductiva. Por ejemplo, causar disrupciones hormonales que afectan la fertilidad y el desarrollo fetal. Además, la contaminación del aire y el agua puede aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto.

El deterioro medioambiental también impulsa a las mujeres a migrar. Se ven obligadas a abandonar sus hogares y comunidades exponiéndose a la falta de acceso a servicios básicos, discriminación, riesgo de explotación y violencia en los lugares de destino.

En fin, las desigualdades de género y el medioambiente son complejas, multifacéticas y se refuerzan mutuamente. Disminuirlas conlleva la participación de las mujeres en las estrategias y políticas públicas que se elaboran a favor del patrimonio natural, el acceso y control del medioambiente, la eliminación de las barreras sociales y culturales que perpetúan las diferencias.

Incorporar la mirada de género en el tema medioambiental favorece a las mujeres más pobres, y, además, estar bajo un clima medioambiental equitativo y sostenible.

Milossis Liriano

Licenciada en Comunicación Social y Máster en Comunicación Corporativa