Gajo de Monte mendiga un liceo a las autoridades

Por Vianco Martínez
CORDILLERA CENTRAL (Rep. Dominicana).-En esa cadena de montañas que se ve azul desde Padre Las Casas, en ese pedazo de cordillera atravesado por un sendero indócil y sinuoso, bordeado de hondonadas y despeñaderos, y a cada paso envuelto en la sonrisa de los manantiales, está Gajo de Monte, una taciturna comunidad de seiscientos habitantes y casi cien años de existencia.
En mayo, cuando se inaugura la estación de las lluvias, Gajo de Monte hace frontera con los colores del arco iris, y en diciembre, cuando las flores adoptan la costumbre de entristecer, esmeran sus encantos los inventos de la madrugada: los fríos de la zona alta, la neblina, la humedad y la oscuridad, que se empieza a tambalear ante las insinuaciones del alba.
En esa comunidad hay una escuela que, a falta de espacio, tuvo que ser partida en dos pedazos: uno funciona en una edificación construida por el Ministerio de Educación en 2011, el otro en una pequeña iglesia prestada en el alto de una colina, detrás de una cañada sin nombre.
La escuela se llama Tomás Delgado en tributo al hombre que donó el terreno donde se levantó, y va de inicial a segundo de bachillerato.
Cuando el Ministerio de Educación empezó a levantar la zapata de la edificación, los padres de los alumnos y los mismos maestros le advirtieron que el centro iba a resultar demasiado pequeño para alojar a los estudiantes de Gajo de Monte, de Majaguita, El Limón, Botoncillo, El Jobal, Los Vallecitos, Mata de Café y Las Lajas, que ya en ese momento rondaban los cien.
Pero nadie tuvo tiempo de detenerse a escuchar a los hijos de la montaña y ahí están los resultados: una escuela físicamente deficitaria que, por sus limitaciones de espacio y de personal, cada día tiene que apelar a la imaginación de los maestros para salir airosa de su jornada.
En la pequeña iglesia reciben clases cuarenta estudiantes, 15 de primero y 25 de segundo; el resto va a la escuela levantada por las autoridades, una edificación desbordada desde el primer día que la entregaron.
“En total, en los dos locales tenemos cuatro aulas; pero no son suficientes para alojar toda la matrícula, que hoy en día es de 153 alumnos”, dice Arismendi Cabrera Cedano, director del centro.
