El Día 
María Teresa Cabrera
Santo Domingo. El Partido Frente Amplio sugirió este jueves que se mantenga la separación de las elecciones presidenciales y congresuales de las municipales.
La organización política explicó que las elecciones municipales separadas en el tiempo de las presidenciales tienen beneficios para el proceso democrático, la economía y los partidos que no tienen en sus manos el Poder Ejecutivo.
Además, destacó que la participación de las diversas expresiones organizadas de la sociedad podría contribuir a resaltar la necesidad de ampliar el alcance de la reforma en clave democratizadora.
«La descentralización del poder, casi ‘faraónico’, que conserva la figura presidencial, y el establecimiento de mecanismos efectivos que contribuyan a elevar la calidad de la representación ciudadana en los poderes públicos, así como a propiciar el control social en la gestión pública, un congreso unicameral, entre otras medidas, apuntan en la dirección de saldar una deuda histórica con la construcción del proceso democrático dominicano», señaló el partido en un comunicado de prensa.
Les invitamos a leer: Congreso cierra ciclo presentando logros del año
Sobre el proyecto presentado por el presidente de la República, Luis Abinader, el Frente Amplio adelantó que, «si bien hay aspectos positivos en la propuesta anunciada por el presidente Luis Abinader, como lo relativo a la independencia del Ministerio Público, la unificación de las elecciones constituye un retroceso en términos democráticos».
En ese sentido, el Frente Amplio explica que las elecciones separadas en el tiempo benefician el proceso democrático por varias razones, a saber:
Porque constituyen un mecanismo de evaluación para el partido que controla el gobierno central. Sin otro medio eficiente y eficaz de control, el pueblo, o si se prefiere, la ciudadanía, tendría en las elecciones municipales, y eventualmente las congresuales, un mecanismo idóneo para castigar o confirmar las políticas públicas y estilos del gobierno central. Serían, así, un instrumento más que vinculante de evaluación, rectificación o confirmación del voto popular emitido en las elecciones presidenciales.
Contribuirían a destacar liderazgos locales y a permitir que el pueblo discierna entre ellos con más libertad. Estos líderes, eventuales relevos del liderazgo nacional, probarían sus méritos y destrezas en la búsqueda del apoyo popular, sin el padrinazgo del presidente de la República ni de ningún líder nacional.
Fortalecen la participación política del pueblo, reduciendo la indiferencia en los asuntos públicos, que es, en gran medida, la razón por la cual los grupos dominantes disponen a su antojo del destino del país.
Aportarían al equilibrio necesario para la gobernabilidad democrática, al actuar como contrapesos y promover entendimientos entre las diferentes instancias del Estado para el buen gobierno del país.
Ayudarían a reducir la centralización del régimen presidencialista, una manifestación, todavía en el siglo XXI, del caudillismo, que es uno de los problemas políticos más graves para la democracia dominicana. En definitiva, son un aporte al proceso democrático.
Desde otra perspectiva, contribuyen a dinamizar la economía nacional. El gasto público y privado en elecciones impacta en el aumento del consumo general de toda índole, ya que crea empleos ocasionales, aumenta las compras a editoras, imprentas, publicitarias, estaciones de radio y televisión, así como a las empresas de bienes y servicios en general. Todo eso regresa multiplicado al Estado, vía los impuestos. Está probado en la teoría económica que el gasto público tiene un efecto multiplicador en la economía nacional.
Cada peso gastado en economías como la dominicana suele ir principalmente al consumo, a la demanda general, y de ésta a las empresas; en esta cadena, se convierte en muchos pesos que se mueven en muchas manos, entre consumidores y productores. No está demostrado que las elecciones afecten negativamente el desenvolvimiento económico del país.
Por último, las elecciones separadas en el tiempo hacen más difícil para el presidente de la República de turno inducir el voto para todas las candidaturas de su simpatía.
