Un constante dolor generalizado, acompañado por fatiga inexplicable, así como dificultad para conciliar el sueño, son algunas de las señales de la fibromialgia.
Ivonne Canto, reumatóloga de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), dice que la fibromialgia (FM) es un síndrome complejo caracterizado por historia de un desorden difuso y persistente de dolor musculo-esquelético y numerosos puntos sensibles en el cuerpo.
Explica, además, que el dolor se presenta con problemas con el sueño y trastorno de ansiedad. Por esta razón es una enfermedad multidisciplinaria manejada muchas veces por varias especialidades, incluyendo la reumatología.
Es compleja
“Por lo complejo de esta enfermedad la podemos delimitar como enfermedad perdida, porque como especialistas en alguna área de medicina se nos hace difícil el diagnóstico, considerándose la misma como una etiología de exclusión”, especifica Canto.
Al hablar sobre las características de esta enfermedad, la especialista explica que está altamente asociada al sexo femenino de edad relativamente joven, de entre 25 a 35 años.
Las señales
Manifiesta también que el dolor en diferentes partes del sistema músculo-esquelético de tres meses de duración, con puntos de sensibilidad elevada o “puntos gatillo” y rigidez, son otras señales importantes y que ponen en riesgo que estos pacientes tengan trastornos de concentración y faltas laborales.
“Las regiones más frecuentes en las que suele aparecer el dolor son la lumbar, cervical, hombros, rodillas, muslos y brazos”, dice Canto
La especialista señala, además, que esta patología puede tener otros síntomas, como cambios en el patrón evacuatorio e incluso padecer el síndrome del intestino irritable, tendinitis con procesos inflamatorios de algún tendón, como el extensor y abductor del dedo pulgar, conocido como tendinitis de Quervain, limitando el dolor a los movimientos de extender la mano, sostener cosas o hasta para escribir, por lo que se asocia esta enfermedad con síndromes dolorosos regionales.
Se conoce poco
Canto señala que el conocimiento de la fibromialgia es limitado, estudios sugieren que existe cierta predisposición familiar, es decir, que alguien en la familia la ha padecido o padece o que pudiera estar ligado a un polimorfismo genético que predispone a una susceptibilidad al dolor.
Teorías sugieren que está relacionado con “procesamiento anormal del dolor”, pero sigue siendo tema de estudio delimitar su causa y fisiopatología.
“A pesar del desconocimiento que tenemos de la etiología o causa de la fibromialgia, consideramos que tiene un gran impacto en la vida de los pacientes con otras enfermedades, como artritis reumatoide y lupus, entre otras”, explica Canto.
Agrega que incluso se llega a pensar que solamente llevando a remisión las enfermedades de base del paciente podría mejorar su fibromialgia.
Sin embargo, no se toma en cuenta al momento de hacer el abordaje terapéutico, lo que quizás lleva a la interrogante que si se trata en conjunto la FM se podría remitir más rápido al paciente a un mejor estado de bienestar, propiciándole así mejor calidad de vida.
El diagnóstico
Según explica la reumatóloga, no existe un método certero para su diagnóstico, pero en 2010 el Colegio Americano de Reumatología delimitó ciertos criterios diagnósticos para dicha enfermedad, los cuales fueron revisados en 2016, dando nuevas sugerencias de manejo y diagnóstico por el Colegio Europeo y esta entidad.
Pero no hay un marcador inflamatorio que haga pensar en fibromialgia, por lo que muchos autores la excluyen de ser una patología autoinmune. Siendo una patología donde ya se ha descartado todo o se tiene que tratar porque el paciente continúa con datos de actividad de la enfermedad.
Esto último cuando se considera que la misma es una patología concomitante con la de base. Por lo que los pacientes con historia de dolor importante en los últimos meses se realizarán baterías de analíticas, desde un hemograma hasta estudios de imágenes complejas.
Línea de tratamiento
La doctora asevera que el tratamiento de esta enfermedad empieza con la educación del paciente y que el primer reto del galeno será ganar la confianza de este, ya que estos síntomas no se los está “imaginando”.
“La educación no solo empieza con el conocimiento de su afección, sino que necesitamos hacer consiente a dicho paciente que no toda opción terapéutica sugerida por amigos y allegados funciona”, advierte Canto.
Resalta, además, que debe sugerirse ayuda psicológica para sustentar este tratamiento, por lo largo y lo complejo de la enfermedad en sí.
Canto explica que también es importante tener una adecuada higiene de sueño, evitar sustancias ilícitas o tratar adicciones y valorar apnea del sueño.
Mejoran el dolor
Hay diferentes medicamentos en el mercado que proporcionan mejoría del dolor, como los antinflamatorios y analgésicos, que se van agregando a otras terapias como antidepresivos para optimizar el tratamiento, porque se ha visto que el tratamiento concomitante con antidepresivos mejora los neurotransmisores cerebrales para la percepción del dolor, son algunas de las opciones que tienen estos pacientes a la hora de iniciar un tratamiento para tratar su afección.
Incide en todo
—1— Los síntomas
Dentro de las señales de alerta está el dolor leve a moderado, con intensidad por más de tres meses sin causa aparente o traumatismo y sensibilidad al contacto físico o a los cambios de temperatura.
—2— En lo emocional
También se presenta dificultad para dormir, depresión o sensación de tristeza y rigidez.
Las ventajas y desventajas
En conclusión, es una enfermedad de difícil diagnóstico, pero con un buen pronóstico de vida y de tratamiento que amerita un abordaje muchas veces multidisciplinario.
Esta afecta alrededor del 1 a 5% de la población general.
Lleva una alimentación rica en verduras, hierbas y especias, grasas saludables y fibra, y en cambio pobre en cereales refinados, productos procesados, azúcares, alcohol y otros tóxicos, que facilitará el proceso antiinflamatorio necesario para revertir la situación.