Houston.-Los días felices para Pedro Feliz con los Astros de Houston son menos cada vez. Desde mediados de junio cuando apareció el novato Chris Johnson para arrebatarle la titularidad de la tercera base de la novena sideral, el sol se ha ido apagando poco a poco para el pelotero dominicano.
Y es que el antesalista quisqueyano llegó a tierras texanas con la etiqueta de éxito colgándole de la espalda. La de 2009 fue sin duda una de las temporadas más productivas de las diez que ha jugado en Grandes Ligas, al conectar el mayor número de hits con 154 y completar un tiro de eficacia de .266 con el bate, el promedio más alto desde 2004.
Las ilusiones del cuadro espacial eran servirse de los recursos del veterano jugador de 35 años y su capacidad para batear y sobre todo su talento en defensiva con su pulido guante derecho. Tal vez por eso no dudaron en firmarlo a principios de diciembre pasado por US$4.5 millones de dólares y un año de contrato.
Sin embargo, los planes no salieron como lo acordado. Ni el equipo arrancó como se esperaba y ya para comienzos de junio cuando la crisis agobiaba, y después de varias semanas de más bajas que altas, Feliz no se había podido convertir en la pieza decisiva que el equipo necesitaba. De ser el dueño de la tercera base, pasó ser un emergente.