BOGOTA.-La ex senadora colombiana Piedad Córdoba tiene previsto recibir el domingo a tres rehenes en poder de las FARC en medio de crecientes críticas del presidente Juan Manuel Santos, quien calificó las entregas de procesos «gota a gota» y «shows mediáticos» de los rebeldes.
La ex senadora quien lleva más de dos años trabajando en pro de las liberaciones aseguró, a pesar de las críticas, que busca que Santos le de luz verde para dialogar de paz con los insurgentes.
Las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron en diciembre que le entregarían a Córdoba a cinco rehenes dos civiles y tres uniformados en un proceso que arrancó el miércoles con una primera liberación y el viernes otras dos.
La ex senadora reveló el sábado que en la jornada serían liberados no dos, sino tres uniformados porque las FARC también dejarían en libertad a un patrullero de la policía, Carlos Ocampo, de 30 años, que estaba retenido desde fines de diciembre pasado.
Junto con Ocampo, según ha dicho Córdoba, serán entregados el mayor de la policía Guillermo Solórzano, de 35 años, retenido en junio de 2007, y el cabo primero del ejército Salin Antonio San Miguel Valderrama, de 27, cautivo desde mayo de 2008.
Se tiene previsto que Córdoba parta en un helicóptero militar de Brasil, que apoya las entregas a pedido del gobierno de Santos, en compañía de delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), recoja a los cautivos en un punto de la selva y retorne al aeropuerto de la ciudad de Ibagué, en el oeste colombiano.
Desde Ibagué los tres uniformados volarán el domingo por la tarde a Bogotá para reencontrarse con sus familias. «Lo único que quiero es que el presidente me autorice para poder hablar con las guerrillas. Si lo hace, le aseguro que hay resultados», dijo Córdoba en una entrevista publicada el domingo en el diario El Tiempo.
En caso de recibir esa autorización «mi tarea es no dejar que nadie se pare de la mesa de diálogo hasta que no se llegue al final», agregó.
Santos autorizó a fines del año pasado a Córdoba para buscar a los rehenes, pero una gestión más amplia ante la guerrilla no se ha discutido, mientras el presidente mantiene que se requiere más que liberaciones «a cuentagotas» para pensar en una eventual negociación de paz.
Molesto por lo que calificó «de show mediático» y «farsa» en la entrega de algunos rehenes porque dijo que mientras liberan a unos, las FARC continúan secuestrando, Santos aseguró el sábado que luego de las entregas de esta semana analizaría si sigue permitiendo tales operaciones de soltar a unos pocos cautivos, cuando el gobierno y la sociedad, aseguró, piden es la libertad de todos los retenidos: al menos 16 uniformados, algunos con más de una década en cautiverio.
Las autoridades y grupos no gubernamentales ofrecen cifras distintas sobre cuántos civiles están en poder de los insurgentes, aunque la policía nacional dijo esta semana que serían al menos un centenar.
Santos ha ratificado que los insurgentes deben también frenar la colocación de minas antipersona, sus vínculos con el narcotráfico y cesar ataques armados para entonces eventualmente iniciar una negociación porque, según ha destacado, la sociedad colombiana se ha vuelto «muy escéptica» ante diálogos de paz debido a fracasadas experiencias previas.