El representante de la FAO en la República Dominicana, Rodrigo Castañeda, expresó la necesidad de fomentar una cultura de alimentación saludable y de informar adecuadamente sobre el valor nutricional de los alimentos procesados.
¿Qué tipo de alimentación es más fácil y accesible en la República Dominicana?
Actualmente, los alimentos ultraprocesados son más baratos, fáciles de conseguir y están disponibles en todas partes. En contraste, comer de manera saludable puede resultar más difícil, especialmente cuando se trata de productos frescos.
Esto plantea el desafío de orientar todo el proceso de producción hacia opciones más saludables, desde la estructura misma del sistema alimentario.
¿Comer saludable necesariamente es más caro?
No necesariamente. Un plato saludable puede componerse de verduras y proteínas que no son ultraprocesadas y que no siempre resultan costosas. Sin embargo, sigue siendo más fácil acceder a alimentos procesados porque están disponibles en todos lados.
¿Se consumen ultraprocesados en las escuelas?
Sí. No se le puede delegar a los niños y niñas menores de edad la responsabilidad de decidir qué comer. Si los adultos muchas veces no pueden hacerlo, menos aún los niños. Por ello, el Estado y los centros educativos deben normar y promover una alimentación saludable, eliminando los ultraprocesados del entorno escolar.
¿Quiénes deben regular esto?
Es una responsabilidad conjunta de los sectores de salud pública y educación. No obstante, el Ministerio de Educación tiene un rol central en la regulación dentro de los centros escolares.
¿Existe alguna normativa o ley en discusión sobre este tema?
Sí. En el Congreso Nacional se debate la Ley de Alimentación Escolar, que busca garantizar alimentos saludables en las cocinas escolares. En este aspecto se ha avanzado significativamente, aunque también es necesario vigilar que los productos que se comercialicen dentro de las escuelas cumplan con criterios nutricionales adecuados.
¿La regulación actual en la República Dominicana promueve la obesidad?
No se puede afirmar que promueva la obesidad, pero sí que no fomenta hábitos alimenticios saludables, y eso es algo que debe cambiar.
¿La República Dominicana produce alimentos saludables?
Sí. El país produce verduras y hortalizas que, en esencia, son alimentos saludables. El problema surge cuando estos productos se procesan o ultraprocesan, incorporando azúcares y otros componentes para preservar o realzar sabores, lo que hace que pierdan su valor nutricional.
¿Cómo es la producción y la autosuficiencia alimentaria del país?
La República Dominicana presenta un buen nivel de soberanía alimentaria, con una autosuficiencia estimada entre un 70 % y un 80 %, lo que resulta muy positivo para un país insular.
En las calles es común encontrar frituras y comidas rápidas.
¿Quién debe regular esto?
El Ministerio de Salud Pública es el responsable de regular y normar todo lo relacionado con la salud de la población, incluida la oferta de alimentos.
¿Han tenido acercamientos con el Ministerio de Salud Pública sobre este tema?
Sí. No ha sido necesario insistir, ya que el Ministerio ha sido muy activo y está liderando estos procesos. De hecho, asumió por un año la presidencia de la red regional que reúne a países de América Latina que enfrentan la emergencia de combatir la obesidad, compartiendo experiencias con otros Estados.
Las agencias del sistema de Naciones Unidas brindan apoyo técnico.
¿Cuál es la magnitud del problema en América Latina y en la República Dominicana?
En América Latina, entre el 60 % y el 70 % de la población presenta sobrepeso u obesidad. La República Dominicana no escapa a esta realidad.
Según datos citados por el Ministerio de Salud, el 66 % de la población dominicana tiene exceso de peso, ya sea sobrepeso u obesidad. En el caso de los niños, el 6.4 % se encuentra en esta condición, lo que compromete la salud de las futuras generaciones.
¿Desde cuándo el país comienza a mostrar estos indicadores?
Las estadísticas muestran que, a medida que la República Dominicana crece económicamente y aumentan los ingresos de la población, también se incrementan los indicadores de obesidad. Con mayores ingresos se adquieren más alimentos, pero no necesariamente más saludables, ya que predominan los ultraprocesados, asociados al sobrepeso y la obesidad.
¿A qué se atribuye este aumento de la obesidad?
Principalmente a la falta de educación nutricional. Muchas personas no saben cómo comer, qué combinar, en qué cantidades ni qué alimentos priorizar. Por ello, se requiere una amplia campaña educativa que promueva hábitos nutricionales saludables desde edades tempranas.
¿Se necesita una guía de alimentación o una campaña?
Se necesitan múltiples acciones. Existe una guía de alimentación elaborada por el Ministerio de Salud que indica cómo debe componerse un plato balanceado: diverso, nutritivo, con proteínas, frutas, vegetales y una baja proporción de carbohidratos. Sin embargo, no basta con una sola medida, sino con un conjunto de políticas públicas articuladas.
¿Qué otras medidas son clave?
Una medida fundamental es facilitar la elección informada de los productos que se consumen. En ese sentido, el etiquetado frontal de los alimentos resulta esencial. Este no prohíbe la compra, pero informa al consumidor sobre el contenido de azúcar, grasa o sal, permitiéndole decidir con mayor conocimiento.
¿Existe actualmente etiquetado frontal en el país?
Aún no, pero el Ministerio de Salud impulsa una iniciativa para emitir una resolución que inicie el proceso de etiquetado frontal, con sellos visibles que indiquen si un producto es alto en grasa, azúcar o sal.
¿Por qué es importante que el etiquetado sea visible?
Porque la decisión de compra en un supermercado se toma en segundos. Los sellos claros y frontales permiten que las personas especialmente los niños identifiquen rápidamente qué están consumiendo y prioricen opciones más saludables.
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