Santo Domingo.- Familiares de Josefa E. (Olga) Carbuccia viuda del ex combatiente de abril de 1965, Héctor Sucre Féliz Rodríguez invitan a la última misa de su novenario este jueves 2 de noviembre en la Parroquia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote a las 6:00 p.m.

Doña Olga, estuvo casada durante 52 años con el héroe y mártir de la histórica gesta quien se desempeñó como miembro del Estado Mayor del Ejército Constitucionalista e Intendente General de Aduanas y Puertos.

Compartió las vicisitudes que generó el estallido de la Revolución de Abril, ocasión en que Sucre Féliz Rodríguez abandonó su pueblo de Padre Las Casas junto a Bernardo Segura, Tello Sánchez, Amaury Germán Aristy y trece hombres más, dejando atrás su empresa agroindustrial para integrarse al movimiento por el que ya había caído preso el 12 de enero de 1965.

En vida, ambos rememoraban que justo ese día Sucre transportaba al gran líder de masas José Francisco Peña Gómez, Fenelón Contreras y Mundito Espinal, y perseguidos por la Policía, el carro chocó. Peña, quien llevaba la proclama que se leería en la fecha, pudo escapar al igual que Contreras.

A Olga, quien nació el 13 de septiembre de 1927 en San Pedro de Macorís, le sobreviven sus hijas Ana Maria e Ivansse, Dimitri, encargado del Centro de Documentación del Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo, y Héctor Sucre, Asesor de Relaciones Exteriores con Haití, del Mirex, además su nieto Alejandro Barón, Ex Regidor, quienes la despidieron con mucha tristeza junto a familiares y allegados.

Trayectoria

Siendo muy joven Olga se trasladó al pueblo de Túbano, hoy Padre Las Casas, en la Provincia de Azua, para acompañar a su hermana, la doctora Thelma Carbuccia quien realizaría allí su pasantía médica, y en esa circunstancia conoció al futuro héroe de Abril, con quien inició en el año 1953 una larga historia de amor que duro 52 años.

La unión de ambos traspasó fronteras y sorteó miles de vicisitudes. Durante la revolución de abril del 1965 Olga no dudó en acompañar a Feliz junto a sus hijos a la línea constitucionalista, con la mediación del Padre Luis Quinn. Estuvo allí lista para defender, si fuere necesario a su esposo, su familia y la Patria cooperando en la limpieza de las armas que utilizaba el combatiente.

En el 1966 abandona su patria para acompañar a su esposo en el exilio forzado a Francia, dónde enfrentó una nueva prueba cuando fruto de un accidente Feliz perdió la vista mientras ocupaba las funciones de Cónsul General en Le Havre. Desde entonces Olga asumió la coordinación del Consulado cómo su asistente personal y siendo su lazarillo

En la amnistía firmado por el presidente Antonio Guzmán Fernández en 1978 por fin pudieron regresar con su familia, dónde se le impidió la entrada para despedir a su padre quien falleció 2 años antes Doña Olga se caracterizó por una gran fuerza de voluntad inquebrantable y decisiones radicales, que no conocían el miedo.