SANTO DOMINGO.-El empresario Ramón Báez Romano, fallecido ayer recién cumplidos sus 93 años, deja un legado de aportes al progreso nacional como empresario, deportista y una faceta poco conocida como filántropo y activista a favor de la democracia.

Báez Romano nació el 4 de marzo de 1929. Su funeral será en intimidad familiar y sus restos serán sepultados en el Cementerio Puerta del Cielo, junto a su esposa doña Ana Amelia Figueroa de Báez, de origen puertorriqueño, fallecida el 20 de enero de 2015.

Le sobreviven dos hijos, Ramón Buenaventura y José Miguel Báez Figueroa, sus esposas Sandra Martínez de Báez y Miriam Roldós de Báez, y sus nietos Ramón Báez Zéller y María Gabriela Logroño de Báez; María Amelia Báez de Dipino y Dominic Dipino; Beatriz Báez Zeller; José Ramón Báez Álvarez; Raquel Báez Rauch; José Miguel Báez Rauch; Vanessa Báez Roldós y Álvaro Báez Roldós.

Don Ramón presidió varias empresas, la más conocida de la cuales fue el Banco Intercontinental, que fundó en 1986. Éste quebró en el 2003, años después que don Ramón había dejado su presidencia.

El difunto se destacó en una larga carrera empresarial. A fines de los años 40 fue empleado de la antigua South Puerto Rico Sugar Co., propietaria en ese entonces del Central Romana, e integró después la primera junta de directores de esa empresa con participación de dominicanos.

A fines de la dictadura de Rafael L. Trujillo, junto con sus parientes Juan Bautista Vicini Cabral, José María Cabral Bermúdez y Donald Joseph Reid Cabral (los cuatro descendientes de Buenaventura Báez), formó parte del grupo menos conocido de los protagonistas del 30 de mayo de 1961, organizando el apoyo del empresariado a la reconquista de las libertades públicas y cabildeando apoyo internacional.

Sin participar directamente en la política partidista, pese a sus vínculos familiares, profesionales y empresariales con el liderazgo de la oligarquía dominicana, fue un gran apoyador del líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), doctor José Francisco Peña Gómez, quien frecuentemente procuraba sus consejos.

En las elecciones de 1978, que ganó el PRD tras doce años del gobierno de Joaquín Balaguer, Báez Romano estuvo entre los empresarios que ayudaron a la transición democrática pese al recelo de los militares balagueristas.
Tras asumir la Presidencia Antonio Guzmán en 1978, Báez Romano fue secretario de Industria y Comercio, y un gran promotor del fomento de las zonas francas industriales.

Aunque nació en Santo Domingo, pasó varios años viviendo en el batey del Ingenio Consuelo, en San Pedro de Macorís, donde conoció a su futura esposa, doña Ana Amelia.

Sus padres fueron don Ventura Báez Soler y doña Estela Romano Martínez, de familia azuana. Su abuelo, el médico cirujano Ramón Báez Machado, también fue presidente de la República del 28 de agosto al 5 de diciembre de 1914; falleció en 1929, el mismo año del nacimiento de su nieto Ramón Báez Romano, a sus 71 años.

El doctor Báez Machado era hijo del cinco veces presidente Buenaventura Báez Méndez con su última consorte, María Conchita Machado, con quien planeaba casarse cuando la muerte lo sorprendió en Mayagüez, donde estaba exiliado. Báez Romano era nieto y bisnieto de presidentes.

Báez Romano también fue presidente de la Editora Listín Diario desde el 2000 hasta su intervención por el gobierno en 2003. Estuvo ligado al Listín desde su reaparición en 1962.

En la prensa

— El Siglo
Fue presidente del periódico El Siglo, cuya aparición en 1989 con una impresión moderna a todo color y una plantilla con destacados periodistas, tuvo un gran impacto en el negocio editorial en el país. Cerró en el 2000.

Distinguido como un deportista y empresario
Loremas. Fue un entusiasta golfista y Campeón Nacional de Golf en 1956 y en 1958. Además, integró el equipo dominicano en el V Mundial de Golf, Copa Eisenhower, en 1966 en México, y numerosos otros torneos internacionales. Báez Romano fue escogido miembro del Salón de la Fama del Golf Dominicano.

Al regresar a Santo Domingo desde La Romana tras el ajusticiamiento de Trujillo, fue ejecutivo de una empresa naviera, J. W. Tatem. Fue condecorado por el Gobierno dominicano con la Orden de Cristóbal Colón.