Tremendo error mirar como “ignorantes” a quienes no les compran sus ideas o posturas. Un grupo, cada vez más disminuido, coincide (por convicción o conveniencia) con quienes desde el extranjero se visten de ovejas para, como lobos, hacer que República Dominicana asuma la tremenda carga de sus culpas y fracasos con el fallido Estado de Haití.
La combinación de las dos ideas anteriores dio como resultado que la semana pasada se llegaran a creer que solo ellos habían leído el engañoso Pacto por las Migraciones promovido por la Organización de las Naciones Unidas.
Se equivocaron. Fue leído bastante bien.
Se pudieron ver “las letras chiquitas”. No pasó desapercibido el veneno después de las comas que acompañaban los enunciados acaramelados de “no vinculantes” y “respeto a la soberanía”.
La comisión designada por el presidente Danilo Medina, que incluía a Gustavo Montalvo, Flavio Darío Espinal y Rafael Tejada Holguín, también lo leyó.
Dice Tejada Holguín que a unanimidad ellos detectaron que “si bien el pacto tiene innumerables disposiciones que son bien vistas por el Gobierno dominicano, así como por la gran mayoría de los gobiernos alrededor del mundo, también tiene disposiciones que resultan contrarias al interés nacional”.
A lo mejor los que no leyeron o no quisieron leer, o querían que no se leyera, son los que mandaban a leer el pacto a todos los que criticaban las partes camufladas contrarias a los intereses de países como el nuestro.
Quizás no se esperaban que se detectara que el pacto indicaba respeto a las leyes internas, pero “conforme” a un derecho internacional que está secuestrado por quienes hasta han mentido para afectar a la República Dominicana.
Entre los que mandaban a leer el pacto están los que le gestionaron al haitiano “Wimí” un pasaporte dominicano expedido de manera fraudulenta para acusar a la República Dominicana ante una corte internacional. Dicho sea de paso, nadie fue investigado o sancionado por esa acción delictiva.
También están los que para condenar y desacreditar internacionalmente a República Dominicana se han inventado la apatridias de hijos de haitianos, pese a que estos llevan la nacionalidad haitiana en la sangre.