Esos ojos

Esos ojos

Esos ojos

Ana Blanco

Ese gran experimiento social llamado Gran Hermano, en el cual personas muestran su vida ante otras siempre me ha parecido peligroso.

Es un ejemplo claro de cómo en nuestra sociedad venden y mucho las apariencias, las desgracias y el escándalo. Quienes lo muestran actúan buscando audiencia y quienes lo observan ansían un escape a su propia realidad a través de la vida de los demás.

Pero hoy quiero hablar de otros ojos, similares pero más cercanos.
Siempre hay alguien observando lo que hacemos, personas que toman dos opciones: esperar que te vaya mal o esperar que te vaya bien.

Me llaman mucho la atención esas personas que están pendientes de vidas ajenas pero solo para disfrutar cuando fracasan, se equivocan o tienen problemas. No entiendo cómo alguien puede regocijarse con eso. Y para empeorar las cosas suelen ser personas cercanas. Su actitud siempre es juzgar, opinar y poco más, no esperes que muevan un dedo para ayudar.

Creo que cuando estás enfocado en tu vida, en trabajar, en lograr tus objetivos, en estar con tus seres queridos, no debes tener tiempo para llevar la vida de los demás. Creo que si puedes dar una mano, ayudar, contribuir, hay que hacerlo. Creo que alegrarse por los triunfos de los demás es una forma de avance y aprendizaje. Creo que la opinión gratuita debe quedarse callada.

Creo que esperar a que alguien meta la pata es un reflejo de las miserias propias.

Trato de mirar a los demás con ojos positivos. De alegrarme cuando lo bien hecho triunfa, de criticar solo aquello que considero incorrecto, de celebrar a mis seres queridos, de sonreir con ellos y acompañarles cuando lo necesitan. De inspirarme en extraños que son ejemplo y, sobre todo, dejar que todo el mundo viva su vida.



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