Es tarea de hoy

Es tarea de hoy

Es tarea de hoy

Junto con el gran barullo armado por los candidatos con motivo de los resultados de las elecciones del pasado día 18, fue dado a conocer por el Defensor del Pueblo un estudio sobre las condiciones de salud en los centros penitenciarios que saca a la luz deficiencias importantes.

Para muchos, probablemente con razón, lo más importante que pasa en las cárceles del país es la incidencia de los reclusos en los niveles de inseguridad predominantes en las calles, la especialización de algunos de ellos en delitos electrónicos manejados desde estos recintos, y el sicariato, planificado y dirigido desde las cárceles.

El Defensor del Pueblo muestra en el referido estudio una particular atención a la precaria condición de salud de un alto porcentaje de los reclusos, y eso es bueno.

Pero no podemos olvidar que junto con la misión de apartar del cuerpo social a individuos de probada participación en anomalías tipificadas, la misión de los centros de privación de libertad incluye los debidos esfuerzos para reinsertarlos en la sociedad.

El fracaso en esta parte de la misión del sistema implica el desaprovechamiento de la oportunidad de reeducar.
Si el hacinamiento, la mala calidad de los alimentos y la precariedad de la higiene inciden en una mala salud de los reclusos, el fracaso en dotarlos de las herramientas para la reorientación de su vida es también una deficiencia que les impide alcanzar una salud mental y moral que puede llegar a ser muy útil para ellos y para la sociedad de la que se les ha separado.

Que no se haya hecho nada para la apertura mental y la reorientación moral debe pesar tanto como el 30 % con males cardiacos, oculares y falcemia, más el 20 % con afecciones mentales, el 10 % con males del riñón, el 8 % diabético, el 5 % con tuberculosis y el 3 % con VIH revelado por el estudio.
Es esta una tarea de hoy, a 180 años el inicio de la independencia.



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