El Dembow, el Reggaeton y cualquier otro género no es ni bueno ni malo, es solamente una expresión generacional que puede ser clasificada dependiendo de ¨cómo¨ se haga y no de ¨donde¨ y ¨quien¨ la haga.

Si la música tiene el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo, comunicando con sentido musical y colocando cada cosa en su justo lugar para que se repitan periódicamente en un determinado intervalo de tiempo, se puede asegurar que es buena o está bien hecha. No importa quien la realiza ni de donde venga. Los géneros populares que más conocemos tienen sus orígenes en sectores marginados que posteriormente fueron ascendiendo en la escala social e intelectual.

El bolero nace en Cuba de las manos de un sastre, Pepe Sánchez y su inmortal ¨Tristezas¨, México lo adopta y convierte el género en insignia del sentimiento hispano. El Tango surgió en el Río de La Plata, Argentina, donde la afluencia de africanos en barcos llenos de inmigrantes europeos dio lugar a una fusión musical que creó, en primer lugar, la milonga, y seguidamente el tango. La bachata llegó a ser tan vilipendiada que fue bautizada como ̈música de guardias ̈. El merengue asciende por el uso político de un tirano, quien obliga a la clase pudiente a consumir el ritmo de la gleba insurrecta del país. Ambos hoy, son patrimonios de La Humanidad.

El Dembow, el Reggaeton y la música urbana en sentido general no escapan a esos parámetros de origen, pero preocupa que todavía no hayan dado el necesario salto cualitativo, permitiendo quienes dominan esta área de la industria musical, la imposición del mal gusto y el uso destemplado de un lenguaje vulgar y soez.

La música es universal y su ejecución está cimentada en una palabra universal: AMOR (Armonía, Melodía, Orden, Ritmo). Si un tema o género no tiene el sentido de esa palabra es ̈basura¨.

La primera letra A (armonía) no creo que represente problemas para dembowseros y reguetoneros, pues hay muchos músicos capacitados, que junto a buenos compositores le darían solución a esta y a la M (melodía). La tercera O (orden) representa un gran reto, pues hay elementos muy exigentes que pocos urbanos pueden solventar. El Orden lo conceptualiza el LAN (Letra + Afinación + Nitidez) y la NITIDEZ es resumida en la FED (Fluidez + Entonación + Dicción). En esto último, la nitidez, es donde el concepto Urbano tiene una difícil meta de solución. Por suerte la última letra R (ritmo) es la parte fuerte del género, lo que le podría garantizar permanencia y un sitial para la posteridad.

La música urbana es el reflejo de una sociedad que hoy transita por nuevos derroteros y que representa a una generación transicional de la escalera social humana. No debemos condenarla de antemano hasta que no concluya el juicio de su propia historia.