¿Quiénes tildaron de demagógicos a millones de personas que utilizando las redes de Internet para denunciar con datos que causan vergüenza y legítima ira en la sociedad de la información y de derechos humanos, políticos y sociales para todos?
Se han reído, desde 2008, cuando ya la crisis económica era una realidad, hasta que la brutalidad de un gobierno entregado a opacas fuerzas ajenas a nuestra comunidad social y política ejecutó el desastre.
La ciudadanía ha dicho no y nos hemos alzado: indignados, primero; rebeldes, después y dispuestos a exigir el respeto a nuestros derechos por los medios que sean necesarios. Pues nadie está obligado a obedecer leyes injustas, por muy legales que parezcan.
También eran legales el apartheid de Sudáfrica, la discriminación de indígenas y por el color de su piel, de mujeres en países despóticos y tiránicos pero ricos en hidrocarburos. Eran legales los campos de exterminio en la Alemania nazi, los gulags en la URSS, la revolución cultural en China, las castas en India, la apropiación de las mejores tierras arrancadas a los indígenas en Latinoamérica, África y Asia.
¿Acaso no eran legales las inhumanas colonizaciones de inmensos territorios en África, América y Oriente, y los gobiernos títeres con gobernantes corruptos que mantuvieron el saqueo de sus riquezas, y la explotación de sus gentes .Ante los nuevos tiranos, hoy mercados y poderes financieros, no sólo es lícita la resistencia, sino que se convierte en deber cuando aplastan a las gentes.
En República Dominicana, y en muchos otros países oprimidos por sistemas financieros que atentan contra el derecho a la vida, a la libertad y a los legítimos derechos a la búsqueda de la felicidad, estamos y estaremos pie en lucha reclamando lo que nos corresponde para vivir con dignidad.