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Eric Adams: La maldición de la blonda para Nueva York

Luis Tejada Por Luis Tejada
Luis Manuel Tejada
Luis Tejada.

La historia de suspenso que vive la ciudad de Nueva York me recuerda una telenovela mexicana de los años 70, titulada La maldición de la blonda, en cuya trama aparece un  misterioso personaje de mujer que, tras ser despreciada en su pueblo, decide hacerse pasar por bruja,  manteniendo en zozobra a todos. La ciudad de los rascacielos tiene su propia “maldición de Blonda”: su alcalde Eric Adams.

 Y es que desde que este personaje inició su gestión, se notaba claramente su deficiencia y falta de autoridad para manejarse como administrador público. Esta deficiencia se agravó en la crisis post pandemia del COVID-19. La ciudad se le salió de control, agravando la situación después de haber registrado la mayor cantidad de afectados y muertos a nivel nacional.

La elección de Adams estuvo cuestionada desde principio por el impasse que se produjo con las votaciones y el evidente fraude electoral que le favoreció para ocupar la posición más alta en la ciudad más poblada de los Estados Unidos. La Junta Electoral de la Ciudad de Nueva York (BOE) enfrentó fuertes críticas por la forma en que manejó las primarias. Una semana después del día de las elecciones, la BOE anunció una discrepancia en los resultados iniciales, revelando que aproximadamente, 135.000 papeletas de prueba habían sido incluidas “inadvertidamente” en el recuento de votos.

Este error generó confusión y socavó la confianza pública en el proceso electoral. A la contienda se presentaron varios candidatos, de los cuales quedaron en los tres primeros lugares: Maya Wiley, ex abogada de Bill de Blasio, Kathryn García y Eric Adams. La primera candidata fue eliminada en la penúltima ronda (aplicando el voto por preferencia – ranked-choice voting -RCV)).  Eliminada Wiley, la disputa se centra entre García y Adams, estableciéndose una gran inclinación hacia la candidata García, todo esto, en el conteo preliminar de la Junta de Elecciones.

En este escenario, y como por arte de magia, Adams apareció superando a García en la cantidad de votos. Es decir, se creó una crisis, pero luego, a puertas cerradas, parece que se resolvió el problema interno y le dieron el triunfo a Eric Adams. Desvelando cómo camina la corrupción interna del partido.

Durante los cuatro años de la administración de Adams, el crimen subió más de un 40%: asaltos y asesinatos en las calles y los trenes, uso de armas de fuego, inseguridad, robos, aumento en el consumo de drogas, legalización de la marihuana, violaciones, arabización, crisis de la vivienda asequible, aumentos ilegales de los alquileres, robos de carros, y lo peor, una crisis creada con cientos de miles de inmigrantes indocumentados.

En comparación con 2018, el año pasado, 2024, fue testigo de un aumento inaceptable en el número de individuos arrestados tres o más veces por el mismo crimen en el mismo año. El aumento fue del 61.3% para el robo, el 71.2% para el hurto grande, el 64.2% para el robo de tiendas y el 118.6% para el robo de automóviles. Y cuando miramos la ocurrencia de delitos graves, el aumento fue de 146.5%. Después de 4 años de negligencia e irresponsabilidad, Adams promete que, de ser elegido para el próximo periodo, asume el compromiso de reducir el crimen. Es un buen chiste del estilo de Allan Poe. 

Ahora se destapa la investigación federal en la que el flamante alcalde también está involucrado en actos de corrupción. Se le acusa de cinco cargos federales, incluidos fraude electrónico, soborno y solicitud de una contribución por parte de un ciudadano extranjero, según una extensa acusación de 57 páginas, realizada por los fiscales responsables del caso. A pesar de esas acusaciones, el alcalde se mantiene firme negando las acusaciones y afirmando que renunciará a su posición para la cual fue elegido. Un esfuerzo de este republicano degenerado, embarrado de demócrata, por salir airoso.

Aquí entra en el juego del presidente Trump, también hallado culpable de 34 casos criminales, para que le tire la toalla y lo saque del atolladero en que está sumergido. El presidente ha pedido que le muevan los cargos que se le imputan al alcalde, lo cual ha traído como consecuencia que seis fiscales federales hayan renunciado a su posición para evitar ser cómplices del pedido de Trump.

Se desatapó la cloaca, la justicia americana apesta a descomposición de excremento de cerdos gringos. Vemos cómo las dos posiciones más importantes, el presidente de la nación y el alcalde del centro financiero mundial, son ostentados por corruptos degenerados y a la vez protegidos por la “justicia”, que dominan el escenario público y se perfilan como ejemplo para las futuras generaciones.

Los partidos Demócrata y Republicano, ante la ausencia de liderazgo, asaltados por corruptos y violadores de las leyes, no encuentran qué hacer ante esta crisis sin precedentes en la historia americana. En el caso Adams, la gobernadora del estado de Nueva York, Katy Hochul, ha tenido que intervenir, bajo presión, para viabilizar la salida de este de la alcaldía. Proceso que no será fácil si él se abstiene de poner su renuncia.  En ese sentido, la gobernadora Hochul dijo en un comunicado el lunes: “En los 235 años de historia del estado de Nueva York, nunca se han utilizado estos poderes para destituir a un alcalde debidamente elegido”. A esto agregó: “Revocar la voluntad de los votantes es una medida difícil, que no debe tomarse a la ligera. Dicho esto, la presunta conducta en el Ayuntamiento que se ha denunciado durante las últimas dos semanas es preocupante y no puede ignorarse”.

Pienso que la mejor decisión del Partido Demócrata y su cabeza, la gobernadora Katthy Hochul, es expulsar al alcalde Adams y excluirlo de la boleta para las primarias del 24 de junio próximo. De esa manera, allanan el camino para que la ciudad elija un nuevo y real líder, no bajo fraude. Este nuevo líder podría ser el ex gobernador Andrew Cuomo quien, aunque no ha inscrito su candidatura para las primarias, las encuestas le dan un alto porcentaje por encima de los demás aspirantes.

Con un candidato influyente, con trayectoria, que logre cautivar de nuevo a los votantes, el Partido Demócrata podría devolver la confianza a la ciudad y, quizás, preparar las bases para enfrentar a la presidencia de la nación la desastrosa administración que desempeña Donald Trump. Sería como matar dos pájaros de un tiro.

Ojalá que el Partido Demócrata no incurra en el mismo error que cometió con Biden, dejándolo en la candidatura a la presidencia, para luego por cansancio, poner una incompetente que no pudo desmontar al fascista, hoy presidente.

En manos del Partido Demócrata está impedir que la ciudad de Nueva York sea asaltada por un candidato que represente las intenciones dictatoriales de Donald Trump.

Luis Tejada

Profesor y activista político en la ciudad de Nueva York.

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Luis Tejada

*El autor es profesor y activista comunitario en la ciudad de Nueva York.

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