Salami

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Salami

José Báez Guerrero

En un supermercado en un suburbio de Nueva York, me agradó encontrar un emblemático producto dominicano, el salami de Induveca, que mi generación sigue llamando salchichón.

Aprendí a apreciarlo por mis hijos, fanáticos de primera cuando eran niños, frito en rodajas con mangú o tostones; o en un guiso criollo con algún vívere.

Lo recordé al enterarme de que ayer 7 de septiembre fue el Día Nacional del Salami, celebración muy apropiada porque merece celebrarse este producto cárnico típicamente nuestro, adaptación local del de Genoa que es diferente en sabor, presentación y forma de consumirse.

Los sándwiches y hamburguesas han opacado al salami para la comida rápida o callejera, pero antes eran populares los sabrosos friquitaquis de pan de agua, salami y ruedas finitas y tomate, que vendían marchantes por toda la capital.

Es tan versátil que hace muchas décadas en un retiro religioso probé unos sabrosos espaguetis con una salsa parecida a la boloñesa en que el salami aporta la proteína. Me alegra felicitar a Induveca, líder del mercado, y demás productores del salami criollo, ¡que seguramente potencia al “mangú power”!



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.