Alegría para todos
Ya que todos sabemos cuál es el verdadero espíritu de la Navidad, que es la paz de Jesucristo, el hijo de Dios, que nació en una cueva, durmiendo en un pesebre, vino para que tengamos paz con Dios, dejando su reino en los cielos y que estuvo en la tierra caminando con nosotros, el rey del universo, que merece toda la gloria, murió por la humanidad caída, para darnos salvación. Con este entendimiento real de la Navidad, ahora podremos  vivirla de otra manera. Podemos realmente ser felices en esta Navidad, nuestros corazones se llenan de emociones porque Cristo nos da un verdadero espíritu de la Navidad, él  refresca los espíritus desfallecientes de la tristeza que los agobia. Este nombre es una melodía de alegría para todo aquel que lo nombre ¡JESÚS!, son notas musicales cuando oímos y cuando lo pronunciamos. Esta Navidad con el espíritu de Cristo puede ser diferente,  una idea puede ser invitar a una familia para compartir la tradicional cena del 24. Puedes iniciar y organizar tus finanzas, para comenzar un nuevo año con buen pie; comprar alimentos y llevarlos a un lugar donde tengan necesidad, “en el país hay muchos”; compartir más tiempo con nuestra familia mostrándole un afecto real de padre y madre a nuestros hijos. Los amigos  son importantes en este tiempo porque nos dan momentos felices; visitar a los enfermos, un poco de amor los puede aliviar; dejar en el pasado esos recuerdos amargos y emprender con dulzura la vida, perdonar a las personas que nos han herido con valentía. Ser libres, libres, libres, en esta Navidad, porque a nacido en un pesebre el que da libertad. La escritura nos dice en Juan 8:36: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”